domingo, 22 de julio de 2012

FIDEOS Y SU HISTORIA

Aunque el término "fideo" procede de la voz latina fides, que significa "cuerda de lira", no parece que los romanos clásicos conocieran este popular producto italiano. Fueron los chinos quienes inventaron la pasta. La preparaban hace tres mil años con harina de arroz y de habas. Según la tradición, serían los hermanos Nicolás y Mafeo Polo y su sobrino Marco, quienes trajeron a Europa al regresar de China en el siglo XIll las recetas para elaborar los spaghetti, palabra italiana que significa "cordoncillos". De cualquier forma, fue en Italia donde primero arraigaron. G. Boccaccio, en su famoso Decameron (1353) dice lo siguiente, al respecto de la pasta: En una región llamada Bemgodi (...) hay una montaña de queso parmesano rallado, en la que los hombres trabajan haciendo spaghettis y raviolis, y comiéndoselos con salsa de capón. Durante mucho tiempo la pasta se hizo a mano. No empezó a producirse a gran escala hasta el siglo pasado, en Nápoles, con ayuda de prensas de madera. Los largos filamentos de fideos de distinto grosor eran secados al sol; sin embargo, y a pesar de que los italianos han capitalizado el invento a lo largo de la Historia, los alimentos farináceos, como la pasta, han sido conocidos por muchas culturas rurales del mundo, que trabajaban el extracto de almidón harinoso de los granos de cereales, dándoles forma de cintas, tubos e incluso lazos y conchas. Se hacía porque se sabía que así se conservaba mejor la harina amasada, y que sólo con añadirle agua hirviendo podía ser consumida. Se sabía que la substancia conocidas por gluten impide que la masa se disuelva al hervir. Pero el arrollado y cortado manual de la pasta era trabajo pesado. Debido a ello, las mujeres del Sur de Italia tenían el aspecto fornido y rollizo que tanto asombraba a los turistas de finales del siglo XIX. El producto había comenzado a fabricarse de manera industrial a finales del siglo XVIII. Se disponía para ello de toscas prensas o torno de madera, colgando las largas tiras al sol, para su secado. Hacia 1830 los napolitanos idearon una artesa mecánica para el amasado. En cuanto al resto de Europa, la primera fábrica estuvo en París, en 1795, y su acogida por el pueblo fue tal que pronto se extendió su elaboración a ciudades como Lyon, y otras. En España fue Barcelona la primera ciudad en fabricar fideos y pasta en general: la casa Valls Hermanos, a finales del siglo pasado. Sin embargo hay noticia de que los fideos, la pasta, o algo muy parecido, era popular ya en tiempos de Cervantes. La popularidad de la pasta es hoy de tal envergadura en el mundo que sólo en Italia existen por encima de las tres mil fábricas, que lanzan al mercado más de un millón de toneladas al año. Su capacidad industrial es tal, en este sentido, que no sería imposible alimentar a media Humanidad con este producto, si se lo propusieran. Sin embargo, no se ha perdido la tradición doméstica y recetas caseras para elaborar este importante artículo. Aún hoy, si el turista se sale de los circuitos habituales y visita las pequeñas localidades del Sur de Italia, verá algo que parecen redes y sedales extendidos en la playa; si uno se acerca puede comprobar que son largas tiras de spaghetti secándose al sol.

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