lunes, 18 de enero de 2016

AQUI NO SE BAJA DEL BARCO NI DIOS

Aquí estoy, tras varios meses de ausencia por este blog para dedicar unas líneas a los jugadores y cuerpo técnico del Móstoles cf.
Antes de irme a la cama, me he visto en la necesidad de volcar en este mi cuaderno, lo que hoy y en estos meses últimos estoy viviendo.
Desde que me brindaron la oportunidad de estar como masajista principal del Móstoles cf, han sido muchos los momentos vividos en los banquillos (y no todos han sido buenos) de los campos de fútbol de la comunidad de Madrid que he tenido el placer de visitar.
No voy ha ir uno a uno por que sería eterno. Tal vez si un día escribo mis memorias, sería conveniente hacerlo pero gracias a Dios mantengo bien la memoria.... por cierto, por dónde iba? Ha si, perdón, por lo vivido en los últimos meses...
Esta temporada no empezaba muy bien la cosa y no sería hasta la jornada 8 con cambio de entrenador incluido, cuando conseguiríamos la primera victoria. De ahí en adelante, conseguimos 5 consecutivas y nos auparon de la posición 17 a la 12 dando mucho que hablar en cuanto a juego y resultados.
Pero un equipo de fútbol, no es solo lo que se ve en el césped. Un equipo de fútbol es contarle las penas a tu compañero del día a día, irte de fiesta, celebrar el cumpleaños de alguno, reir la gracia del otro, apoyar al lesionado o no convocado, reñirte por falta de intensidad o puntualidad, hacer bromas en el vestuario, comentar la jornada liguera de primera división y así.... La vida misma...
Un grupo que se ha ido haciendo jornada a jornada, entreno a entreno.
Y yo, formando parte de esa familia, me veía poco a poco y si aún cabe más involucrado con el Móstoles cf el equipo de mi vida. El equipo que un día vi morir y que gracias a un grupo de personas, vi renacer de sus cenizas. No lloré desconsoladamente cuando falleció el CD Móstoles ni nada... pues lo mismo que cuando me enteré que volvía el fútbol a mi ciudad! Fueron momentos de alegría y euforia y desde el primer segundo de vida, desde el primer aliento de aire que tomó el conjunto mostoleño de nuevo, ahí estuve ofreciéndome en ayudar y echar una mano en lo que pudiera. La recompensa vino poco después cuando me dijeron de ser el masajista de unas personitas que hoy me hacen muy feliz. Los niños del fútbol base. Esos locos bajitos que hacen que el día ha día sea diferente. Que mi vida haya cambiado por completo y la haya puesto patas arriba. Una revolución.
Gratitud; esa podría ser la palabra que defina mi situación hacia el Móstoles y todos los que lo componen. Gratitud por dejarme formar parte de esto.
Hoy hemos vivido una situación que se da desgraciadamente muchas veces en el fútbol. La que un colegiado se levanta con el día tonto y te la arma. Acompañados de unos "ayudantes" que hicieron de todo, menos ayudar al colegiado.
No me gusta hablar de robo ni decir que toda la culpa la tuvo el colegiado. Pero si que me da mucha rabia y tristeza que por unas decisiones equivocadas, tiren por tierra el trabajo diario de muchas personas. Más de las que te imaginas que componen un club de fútbol.
El entrenar 3 o 4 días a la semana a las 21:00 horas cuando podríamos estar con nuestra otra familia, leyendo, cenando con amigos, con nuestros hijos o mujeres, estar calentitos en casa viendo la tv... terminar cerca de las 23, con -1 grado, lloviendo, con viento... cansados después del duro día de trabajo conduciendo un camión, llevando nuestra empresa, trabajando en un taller u hospital... obreros del día a día que buscamos el pan y bienestar de nuestras familias. Esa gente humilde, trabajadora y cumplidora con sus impuestos y obligaciones de buen ciudadano, con sus problemas como los de todo el mundo. Esa gente, esa gente es el Móstoles cf. Somos el Móstoles cf.
Esos son los jugadores que se dejan la piel en cada entrenamiento, en cada partido, viajando por toda la comunidad de Madrid y en muchos casos, exponiendo dinero de su bolsillo. Toda esa gente, se merece un respeto señor colegiado. Nos merecemos un respeto.
Fueras de juego que no eran, faltas no pitadas, expulsión inexplicable a un jugador del banquillo... todo ello se suma y condiciona el partido.
Sentir impotencia desde el banquillo al ver que no les puedes ayudar por que ellos lo están haciendo todo y no les dejan. Vaciarse sobre el verde y que 3 personas tiren todo este trabajo y sacrificio por la borda.
Y aquí no pasa nada.... el Martes volveremos a los entrenamientos con más ganas aún si cabe, con más fuerza por que heridos somos más peligrosos, por que "AQUI NO SE BAJA DEL BARCO NI DIOS"