viernes, 2 de abril de 2010
SEMANA SANTA
De la Málaga de siempre
quiero levantar la voz,
para rendirle homenaje,
a un entrañable rincón.
Por calendas de pasión
Malagueños se congregan
embargaos por la emoción
cuando las trompetas suenan
y el redoblar del tambor.
Y al acercarse los tronos
sin cortejos de señores
el pueblo llano allí a coro
llora, reza y dice ole.
¡Arriba!, dice una voz,
y se pué cortar el silencio,
si el alma de un cantaó
de lo más jondo del pecho
cantando le reza a Dios.
Saeta.
Al cielo elevo mi voz
Tú doló, Madre comparto
y pido con devoción,
con mi rezo hecho canto
que nos de Tú bendición.
Malagueña:
Le canto esta malagueña
por ser atalaya entrañable,
le canto esta malagueña,
del pueblo sencillo y noble,
al estilo de Juan Breva,
a la Tribuna los Pobres.
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