Hoy domingo de resulección, recuerdo con gran cariño aquella primera procesión a la que fuí a ver allá por el 2000 cuando en jerez de la frontera e invitados por un amigo de la familia, acudimos sin dudarlo.
Que fervor, que pasión... como lo vivían hasta los niños que se vestían de gala y las mujeres de luto, daban un aspecto a las callejuelas de gran amor hacia unas imágenes que paseaban elegantemente.
Y recuerdo también, la procesión de los "empalaos" en un pequeño puelbecito de cáceres. Haí también se vivían grandes momentos de pasión y amor hacia el empalado cristo.
Y hoy día en el que no voy de procesión y apenas veo por la tele las procesiónes echo de menos todo aquello que lo vivía con tanta emoción y con tanto entusiasmo.
De fondo suenan las saetas televisadas por canal sur canal de andalucía que vemos através del satélite.
La verdad es que me gustaría recuperar esa creencia, ese amor hacia una de las tradiciónes más enrraizadas de España.
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