martes, 28 de febrero de 2012

HISTORIA DE LA CARRETILLA

Y para terminar hoy, la historia de la carretilla utensilio de la que muchos habitantes de campo, finca o chalet seguramente posean.

La historia de la carretilla:



La rueda, uno de los inventos capitales de la Humanidad, apareció en época relativamente tardía: hace poco más de cinco mil Quinientos años. Los primeros vehículos rodados utilizaron dos ruedas, y no entraba en el pensamiento lógico suprimir ninguna: después de todo el hombre tiene dos pies. Las primeras ruedas eran muy pesadas, hechas de tablas toscas, no siempre cortadas en circunferencia perfecta, ni siquiera en forma aproximadamente redonda. Las ruedas iban por parejas, a ambos lados de una superficie plana: el carro. No era previsible que a nadie se le ocurriera pensar en prescindir de una de ellas, por lo que la carretilla no parecía tener posibilidades, ya que su existencia contradecía las leyes de la estática.

Fue en China, al parecer, donde a alguien se le ocurrió hacerlo. Se cree Que el genial inventor fue un general de aquel lejano país, llamado Chuco Liang, hacia el año 200 antes de nuestra Era, urgido por la necesidad: no era posible atravesar las montañas con los carromatos, debido a la estrechez de los senderos, que no permitían el paso de dos ruedas. Era necesario crear un vehículo que hiciera bascular todo su peso sobre una sola rueda. Y se halló la fórmula, Que supuso un extraordinario hallazgo estratégico: la carretilla. Fue en su día una máquina secreta que se guardó celosamente del conocimiento de otros pueblos. Servía para el transporte de pertrechos y armas a través de los caminos y vericuetos de la alta montaña. Se utilizó asimismo para retirar los cadáveres de los campos de batalla.

De un primer uso militar, la carretilla pasó al ámbito de la agricultura, de donde no tardó en ser llevada a las ciudades, donde sirvió de medio de transporte: una carretilla podía transportar a cuatro adultos de un sitio a otro de la ya inmensa ciudad de Pekín. Este curioso sistema llegó a ser extremadamente popular. Los chinos se referían a ella, a la carretilla, con nombres tan significativos como "buey de madera" o "caballo deslizante".

Los historiadores del siglo V de nuestra Era hablan de ella con elogios, escribiendo lo siguiente: "En el tiempo que un hombre recorre seis pies, la carretilla puede correr veinte, y transportar a la vez los víveres que necesitará un hombre durante todo el año; andadas veinte millas, el porteador no acusa cansancio, como si la carretilla lo llevara también a él en volandas. En verdad que es cosa que maravilla a quien la ve".

En Europa tardó en aparecer. Se sabe que existía ya en el siglo XII, época en que era utilizada como medio de acarreo de ladrillos y piedras para las grandes catedrales de los ciclos románico y gótico. Pero era una carretilla un tanto diferente, que no tenía la rueda en medio, como la china, con lo que se hubiera podido aliviar el trabajo del porteador..., sino en la parte delantera, con lo que la carga era soportada en parte por quien tiraba del vehículo.

A partir de los múltiples intercambios comerciales del siglo XVII, entre Oriente y Occidente, los mercaderes europeos conocieron la carretilla china y su prodigiosa versatilidad. No se tardó en importarla a Europa. Desde entonces su utilización fue ganando terreno.

Ya en nuestro tiempo, dos nuevos adelantos relacionados con ella han tenido lugar: en Holanda se inventó en 1985 la carretilla plegable, hecha de lona sobre bastidor, y que puede utilizarse con la misma facilidad que un paraguas. Y en Francia, en 1986, se comenzó a comercializar la carretilla ergonómica, es decir, una carretilla que se ajusta a las particularidades anatómicas del usuario o a las tareas que se le encomiendan. Con todo esto, el utilísimo invento chino parece haber llegado a su cénit.

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