Amanece en Boadilla el último día de curso en la escuela. Es miércoles y en los informativos matinales suenan ya en la radio de mi hermano mientras se asea. Lasy se despereza y estira su cuerpo. El frío en Madrid hoy es más intenso que ayer y el tiempo anuncia que seguirán estas temperaturas unos días más.
El desayuno ya les espera en el comedor. Un comedor que en 24 horas, dejarán vacío a la espera de que nuevos usuarios lo llenen de nuevo llenos de ilusiónes y esperanzas como estos lo han hecho.
La mañana de trabajo espléndido y excelente, transcurre en Madrid ciudad de cabecera en estas duras sesiónes.
Los instructores tratan de corregir posibles problemas y dudas que surjan en la calle que surjan en la vida de el perro guía.
Aonque esto le guste a mi hermano y sepa que va ha ser para su bien y que deve de prestar la máxima atención tanto por Lasy como para él, por que depende de ello su integridad física, está algo cansado y desea regresar ya a casa. Para estár con sus correos, su msn, su casa, su habitación, su comida, su familia...
En la comida hacen un pequeño resumen de los días que han vivido allí. Aonque todavía falten muchas horas, el gusanillo de la pena por dejar todo aquello, también les entra.
Por la tarde, llega el momento más deseado por todos los usuarios. La firma acreditativa como que tratarán de cuidar a sus perros-guía. Un contrato en el que exponen su cariño al animal, que estarán en condiciones veterinarias adecuadas y que estarán devidamente alimentados entre otros conceptos.
Lleg ya sí, el documento acreditativo como que Lasy, ya es oficialmente, PERRA-GUÍA de la FUNDACIÓN ONCE. Mi hermano, está orgulloso de sí mismo y de su perra. Ya por fin, podrán caminar juntos y hacer todo lo que su mente ha pensado podrá cumplir muchos sueños sobre todo el de ser auténticamente libre!
Tras la firma, quedan con los instructores para la mañana siguiente y es que todavía les quedarán unos pocos días de entrenamiento individualizado en sus domicilios para reforzar los posibles fallos y que aprendan el recorrido por ejemplo, de casa a la parada del autobús o del autobús al centro de trabajo.
Ya en la habitación, mi hermano recoje todas sus pertenencias y coloca la ropa devidamente en la mochile que yo le dejé y espero por su bien, (hironía) me la devuelva en perfecto estado de conservación ya que fué un regalo el cuál le tengo mucho cariño y quiero conservar y poseer en mi propiedad.
Hecha un último vistazo por los cajones, armarios, baño, mesilla, un examen minucioso para no perder nada y cierra la mochila con las cosas de Lasy dentro también ha excepción del collar, arnest y correa ya que tendrá que salir por penúltima vez al haz. Lugar dónde ya está habituada ha salir y que ha partir de ahora no pisará.
Mi hermano, se despide de Beatriz la cocinera de Móstoles y se dan dos besos en la mejila deseandose lo mejor en el futuro.
Gente de seguridad, veterinarios, administrativos, cuidadores, instructores, personal de limpieza, personal de jardín, personal de mantenimiento, provehedores, personal de cafetería y comedor, familia acojedora... y así una larga cadena a la que hay que agradecer que hoy Lasy, se haya matriculado como perra-guía y que mi hermano luzca orgulloso con su arnést. Una placa en le collar de Lasy ya reluce para siempre. Ese es su diploma.
Y durante todos estos días, me he dirijido a vosotros y quiero dedicar estas últimas palabras a mi hermano y a Lasy.
Lasy, Rfa, aún queda mucho camino por delante que andar. Días lluviosos que pasar, calor sofocante que aguantar pero ya sois un equipo y pase lo que pase, seréis los mejores amigos. Siempre estará Lasy contigo para hecharte una pata y siempre estará Macro orgulloso desde su cachito de cielo, también guiándote por la vida.
Sólo espero que sea muy muy feliz con tu nueva compañera hermano y que yo forme parte también de estos mil y un caminos que aún tenéis que andar!
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