Trazos que marcaron un siglo.
Desde Mikhail Gorbachov hasta el Dalai Lama o la estrella de cine Andie MacDowell, son muchos los que eligieron la legendaria Montblanc como su pluma predilecta.
Este año, la prestigiosa firma celebra su centenario. Aquí, los secretos de tamaño éxito.
"Me gusta escribir porque los que pueden leer y escribir tienen mucha suerte. ¡Aprende a hacerlo!", fue la dedicatoria que el ex presidente de la Unión Soviética Mikhail Gorbachov escribió en 2004 para el proyecto Sign Up for the Right to Write, de Montblanc, en cooperación con Unicef, contra el analfabetismo.
Uno de los momentos en que la marca de estilográficas tuvo un reconocido papel social, además de destacarse en la firma de diversos tratados internacionales.
* * *
Aprincipios del siglo pasado, tres empresarios alemanes se reunían en las tertulias de Hamburgo a cambiar ideas. En ese momento, nadie imaginaba que de
allí surgiría la marca de lapiceras más famosa del mundo, emblema por excelencia de lujo y elegancia. "Este producto tiene futuro", afirmó en 1906 el papelero
Claus Johannes Voss al reconocer el potencial de una estilográfica producida por el ingeniero August Eberstein y el banquero Alfred Nehemias. Ambos habían
traído de Estados Unidos e Inglaterra la novedad de una pluma, aún primitiva, que contenía su propio depósito de tinta.
Los tres visionarios decidieron formar lo que hoy se llamaría una joint venture: la combinación de talentos y recursos para correr un riesgo empresarial.
Así, fundaron la fábrica Simplo Filler Pen Company, en la que produjeron estilográficas de gran calidad, en pequeñas cantidades. Después de casi tres años,
presentaron la serie Rouge et Noir, de ebonita negra con capuchón colorado, inspirada en la famosa novela de Stendhal (Rojo y Negro). A los alemanes el
nombre no los conmovió, así que la estilográfica fue rebautizada Caperucita Roja. "Una pluma que no emborrona", rezaban los anuncios de la época.
En 1909 irrumpió en el mercado la pluma negra Montblanc con una estrella blanca en el capuchón y un novedoso sistema para no perder tinta al cerrarla. Tuvo
tanto éxito, que la empresa comenzó a llamarse Montblanc Simplo GmbH. Sólo entonces, el logo (símbolo de los 6 glaciares de la cima del Mont Blanc) se
registró como marca. En él los fundadores por fin vieron representado su deseo de lograr la mayor calidad en los artículos que fabricaban.
Nace una leyenda.
Las principales ciudades alemanas, París, Londres y Barcelona fueron los primeros puntos de venta en Europa. La gama de productos se ampliaba: además de
estilográficas, las tiendas ofrecían papel, tinta y portaminas.
Pero el gran despegue internacional de la marca llegó en 1924, con el nacimiento de una leyenda: la línea de escritura Meisterstück ("obra de arte", en
alemán). El número 4810 en su plumín hacía referencia a la altura del pico Mont Blanc. Con un destacado diseño atemporal, luego se ganó un lugar permanente
en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y hoy es utilizada en las firmas más importantes de la política, los negocios y la cultura. De toda la serie,
la cabeza sigue siendo la famosa Meisterstück 149, realizada en resina negra.
En los 80, la leyenda alcanzó uno de los puntos de mayor auge, con la colección Meisterstück Solitaire, una versión en metales preciosos: oro macizo y plata
de ley.
El ámbito cinematográfico también se hizo eco de las virtudes de estas elegantes plumas. En 1974, el actor Roger Moore utilizó la Solid Gold 149 en el film
de James Bond El hombre de la pistola de oro: con ella disparaba a su adversario Christopher Lee.
Su máxima expresión llegó con la Solitaire Royal, decorada con un pavé de 4810 diamantes, cada uno tallado en 35 facetas. Con un valor de US$ 125.000, aproximadamente,
entró en el Libro Guinness de los Récords como la estilográfica más cara del mundo.
Desde 1992, la firma lanza regularmente ediciones dedicadas a famosos mecenas del arte y escritores. Como sólo se fabrica una cantidad limitada de piezas
por año, éstas son muy codiciadas por los coleccionistas.
Aunque cerca del 50% de la facturación de la marca corresponde a los artículos de escritura, alrededor de la estrella de Montblanc conviven otros productos
de lujo que cobran cada vez más protagonismo: accesorios de piel, relojes, perfumes, gafas y el reciente lanzamiento de joyería femenina.
La clave del éxito
"Las piezas no sólo se hacen con habilidad, sino también con amor. Utilizamos materiales de primera calidad", dice Luis Alberto Schössow, brand manager
de la marca. Incluso, para el aniversario de la firma crearon un lema en homenaje a los artesanos que las fabrican: Soulmakers por los 100 años.
-¿Es compleja la elaboración de una pluma?
-Sí. La terminación es un proceso de 100 partes: el decorado del plumín, el afilado, el corte; hay especialistas para todo.
-¿Cuánto tiempo trabaja un artesano?
-Como un incentivo a la creatividad, los artesanos tienen la libertad de trabajar en los horarios en que están inspirados.
-¿Existe un target específico a la hora de vender una lapicera?
-Hay artículos muy clásicos, y también propuestas contemporáneas, como la línea StarWalker. El target va de los 20 a los 80 años.
Perteneciente al grupo suizo Richemont, la firma, con sede en Hamburgo, cuenta con 2000 empleados, 260 boutiques y más de 9000 puntos de venta en 70 países.
Su principal proyecto a futuro es expandirse en el gigante asiático, China, donde abrirá 50 tiendas. Un proyecto que resulta arriesgado en la era del e-mail.
-No es lo mismo mandar un correo electrónico que redactar una carta a mano. Los sentimientos no pueden transmitirse con una computadora, pero sí con un
plumín. ¿El mensaje de la firma? Tomarse tiempo para lo que realmente importa: los pensamientos, la cultura, los seres queridos, uno mismo. Es el verdadero
lujo de la vida.
Y hablando de lujo, después de 8 años de trabajo la firma creó y patentó una sofisticada talla de diamante que da forma tridimensional a la estrella de
su logo. Es un estreno mundial, pues es la primera vez que una marca convierte su símbolo en diamante.
Por Agustina White .
Más datos:
www.richemont.com
;
www.montblanc.com
Brillo y festejo
En 1995, Montblanc se instaló en la Argentina junto con las firmas Cartier y Baume & Mercier, pertenecientes al grupo Richemont. En la actualidad, cuenta
con una boutique en Recoleta y una red de distribución en importantes joyerías. "En la época de la devaluación, Richemont apostó a continuar aquí. Hubo
una reestructuración de la empresa, pero se mantuvo gran parte del personal", resaltó Schössow, brand manager de la marca. Hoy, gracias a la recuperación
económica, se analiza trasladar la locación de la boutique a un lugar más grande y la apertura de una nueva tienda El próximo 30, la firma realizará un
cocktail conmemorativo por su aniversario en Brisas del Plata, Puerto Madero Este, donde exhibirá las piezas de la Colección 100 Años
Escrito en el tiempo
1906: Claus Johannes Voss, Alfred Nehemias y August Eberstein formaron una joint venture para fabricar estilográficas. Esta fue la piedra angular de la
empresa Montblanc
1908: Simplo Filler Pen Co. presenta la serie Rouge et Noir
1909: lanzamiento de la versión Montblanc y registro de la marca
1924: surge la legendaria familia de estilográficas Meisterstück
1987: Montblanc se dedica al mecenazgo internacional en literatura, danza y música. En Londres, el príncipe Carlos le concede el galardón Best First Time
Sponsor por su apoyo a la exposición Comic Iconoclas
1992: se instaura el premio Montblanc al Mecenazgo de las Artes
1994: estilográfica Solitaire Royal, en el Libro Guinness como la más cara
1995: la firma es fundadora patrocinante de la Filarmónica de las Naciones
1997: inauguración de Montblanc Montre SA en Le Locle (Suiza), cuna de alta calidad en relojes de fabricación artesanal
1999: se inaugura la primera boutique insignia de Montblanc, en Nueva York, con la galería Staircase y Studio Privé
2002: inicio del patrocinio del proyecto de Jóvenes Directores del Festival de Salzburgo
2003: lanzamiento de StarWalker, nueva generación de artículos de escritura y relojes TimeWalker
2004: Montblanc, socio fundador del premio Women's World Awards, con el patrocinio de Mikhail Gorbachov. Proyecto Sign Up for the Right to Write junto a
Unicef, organización para la que la campaña generó beneficios por US$ 846.675
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