sábado, 4 de febrero de 2012

HISTORIA DE LA MANGUERA

Parece que la civilización se desarrolló con mayor facilidad en aquellos lugares donde la agricultura tenía mayores dificultades de prosperar: la zona desértica del Oriente Medio y Egipto. Esta mayor dificultad aguzaría el ingenio, traduciéndose todo ello en una variedad de inventos relacionados con la conducción del agua para el riego.

La primera manguera de que se tiene noticia eran cañas interconectadas, que se empleaban para la conducción del agua a las terrazas cultivadas del Asia Menor hace miles de años. Pero aquel material presentaba el problema serio de su rigidez, que hacía que se rompieran con facilidad. Así pues, la manguera no podía concebirse sin un material flexible.

La goma fue el primer material en ser utilizado. Su conocimiento es antiguo. El capellán de los Reyes Católicos, Pedro Mártir de Anglería, fue el primero en describir el nuevo producto recién llegado de las Indias Occidentales. En su obra De Orbe Novo, habla de un juego que practicaban los indios aztecas, en el que una especie de pelota es lanzada de un lado a otro; esa pelota estaba hecha de cierta resina de árbol, por lo que al caer al suelo, rebotaba.

Pero la goma no fue aplicada a la manguera de riego hasta 1835. Un anuncio de la época habla del caucho como "la cosa más extraordinaria que se haya visto nunca". Cinco años antes, en 1830, esta materia prima había entrado a formar parte de la ropa interior de las señoras, según se lee en un noticiero de la época, donde se dice: "...se ha visto estos días en París un sujetador elástico a base de substancia vegetal que substituye al alambre; no corta ni hiere la delicada zona de su vecindad". Sin embargo, y aunque la goma había llegado a Europa procedente del Perú, en 1736, utilizada a la sazón como borrador, su empleo en la manga de riego tardó en llegar. Fue en la primera mitad del siglo XIX. En 1850 ya se hacían mangueras de gutapercha, que substituían a la regadera y al carro de riego tirado por asno. En 1848, un tal Monsieur Combaz creó un sistema ingenioso que permitía regar a modo de lluvia artificial si se hacía con arte: era la manguera. El agua se dejaba caer desde

lo alto para evitar que su golpe directo perjudicara a las plantas más delicadas del jardín. Y en 1914 surgió la primera manguera de goma sintética. Todos se hicieron eco del nuevo invento, y del polifacetismo del nuevo material, que se empleaba para hacer mangueras flexibles, sostenes de señora, calzado de caballero, aislantes eléctricos e incluso anticonceptivos. Atento a esto último, un humorista comentaba, en 1930, con tono sarcástico: "Todo se puede hacer con la goma sintética..., menos los hijos.. " No faltó quien le sacó más punta y partido a las posibilidades metafóricas de la manguera y el preservativo..., pero no tratamos aquí de historiar el ingenio.

1 comentario:

  1. esta bien, además me hizo falta para un trabajo, visita el blog que tenemos un amigo y yo:
    www.rexarelcarnicero.blogspot.com
    y por cierto, un saludo
    PD: esto no es SPAM

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