jueves, 20 de enero de 2011

LA NARIZ DE AISHA


Crónicas desde Asia
Antes de terminar, la penúltima del día. Por cierto, mañana viernes no habrá post devido a que hoy tenéis una ración extra.
La nariz de Aisha
Kabul.- Bibi Aisha, la joven afgana sin nariz ni orejas cuyo retrato dio la vuelta al mundo en agosto cuando la revista Time lo publicó en una de sus portadas, no fue mutilada por orden de los talibán. La Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán (AIHRC, en sus siglas en inglés) ha hecho una investigación y ha llegado a la conclusión que se trató de un simple caso de violencia familiar, como muchos otros tantos que hay en Afganistán. O sea, que los talibán no estuvieron involucrados para nada.
Precisamente la semana pasada la policía afgana detuvo al suegro de la joven, Haji Suleman, en la provincia de Uruzgán, en el sur del país, por supuestamente haber incitado a su hijo y marido de la muchacha a que le cortara la nariz y las orejas. Así pretendía escarmentarla por haber escapado del hogar conyugal, algo que en Afganistán a menudo se castiga con penas de cárcel aunque oficialmente el Código Penal no lo contempla.
En Afganistán es tradición que el hombre pague una dote por la mujer con la que se quiere casar, que normalmente es una gran cantidad de dinero. Puede llegar a los 10.000 dólares en un país donde el sueldo medio de un funcionario son 70. Eso obliga al hombre a ahorrar durante años o endeudarse para toda la vida. De ahí que sea capaz de hacer lo que sea si la esposa se le escapa.
El suegro de Aisha, sin embargo, asegura que él no incitó a su hijo a nada, y que fue el propio padre de la chica quien ordenó que se la matara por haber deshonrado de tal manera a la familia.
Sea como fuere, lo que está claro es que el reportaje de la revista Time sirvió para generar polémica –con el título Qué pasaría si dejamos Afganistán, auguraba un negro futuro para las mujeres afganas si las tropas internacionales se van del país asiático-, y para que a Aisha se la llevaran a Estados Unidos a someterse a una intervención quirúrgica.
En un tiempo récord, a mediados de octubre, la joven ya tenía una nariz nueva y casi modélica, que fue presentada debidamente en sociedad en una ceremonia de entrega de premios en California que organizó la Fundación Grossman Burn, la misma que se encargó de operarla. Maria Shriver, la esposa del entonces gobernador de California, el cinematográfico Arnold Schwarzenegger, se encargó de darle el galardón ante todos los medios de comunicación para que quedara constancia de la nueva nariz de Aisha.
De hecho, la Fundación Grossman Burn ha encontrado en Afganistán un auténtico filón. En su página web dedica un generoso espacio al caso de Aisha, pero también al de dos personas más del país asiático: Zubaida, una niña de 9 años; y Mahsoom, un niño de 6, que resultaron quemados y también fueron intervenidos quirúrgicamente por la fundación en Estados Unidos. En ambos casos, se muestran fotos terroríficas del aspecto de Zubaida y Mahsoom (ella tenía la cara literalmente soldada al cuello por las quemaduras, y él, la boca), y su metamorfosis tras las operaciones.
Tras casi diez años de intervención extranjera en Afganistán desde la caída del régimen de los talibán en el 2001, en el país sólo existen dos centros de atención a personas quemadas. Uno de ellos, el de Herat, cuenta con unas instalaciones magníficas –financiadas con fondos internacionales- pero no dispone de suficiente personal médico, y los pacientes deben pagar por su comida y a menudo por la medicación que necesitan. Eso, sin embargo, no vende en los medios comunicación como unas buenas fotos de personas desfiguradas y su milagrosa transformación por mano estadounidense.

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