sábado, 31 de julio de 2010
PAPÁ BÚSCAME TRABAJO
Esto sucede en los cinco continentes
Desde tiempos inmemoriales todo gobernante tiene el deseo de colocar a sus hijos en puestos importantes utilizando sus amplios contactos. Pero por más que sucede no dejamos de sorprendernos con las jugarretas de los dirigentes más importantes del mundo para dejar su legado en las buenas -y bien colocadas- manos de sus vástagos, sin que importe la edad o preparación de estos jóvenes privilegiados.
La edad no importa: Zarina Rajmonov y Jean Sarkozy
El joven político Jean Sarkozy.
La joven Zarrina, hija del presidente de Tayikistán, Emomali Rajmonov, ha sido nombrada presentadora del informativo local de la televisión tayica. Lo llamativo en este caso no es la presencia de la hija de presidente en televisión, ya que casi todos sus hijos están colocados en otras instituciones y en puestos importantes dentro la ex República soviética, sino la edad a la que éste ha decidido colocarla, ya que la joven sólo tiene 16 años.
Jean Sarkozy, el segundo hijo del presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha sido un clásico en la prensa gracias a su fulgurante ascensión política dentro de la UMP, el partido al que pertenece su padre. A sus escasos 21 años, Jean es presidente del grupo de su partido en el consejo general de Hauts-de-Seine, ciudad de la que su padre fue alcalde durante 20 años. El escándalo pasó a mayores cuando el joven Jean optó, colocado por su padre, a dirigir La Défense, el distrito económico de París. Ante la lluvia de críticas, el delfín de Sarkozy decidió no aceptar tal puesto y continuar con su labor dentro del partido.
Hijísimos: los Mubarak, los Gaddafi y los Obiang
El primogénito de Gaddafi, Seif.
Mención aparte merece la descendencia de algunos líderes políticos famosos por sus excentricidades en el panorama mundial. Tres viejos zorros de la política mundial el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, el de Libia, Muammar al Gaddafi y el de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, también tienen grandes planes para algunos de sus hijos.
El 'pequeño' del clan Mubarak, Gamal, casado con la hija de un importante magnate de los negocios, es actualmente el secretario general Partido Nacional Democrático, nombrado por su padre, claro, y el candidato mejor colocado para sustituirle.
Seif Al-Islam Gaddafi es un acaudalado empresario, gracias a papá, además de ser conocido en la escena internacional por sus extravagancias. En numerosas ocasiones se ha oído su nombre como sucesor del líder libio pero él ha declarado que "está contento con su papel en la resolución de problemas nacionales e internacionales". Hace unas semanas saltó de nuevo a la prensa tras patrocinar un barco de ayuda humanitaria con destino a Gaza.
También en África, pero más hacia el sur, nos encontramos con el clan de Teodoro Obiang, presidente de Guinea Ecuatorial. El líder ecuatoguineano ha nombrado a su hijo, Teodoro Nguema Obiang, presidente de la Federación Nacional de los Jóvenes del Partido democrático de Guinea. Teodorín, como es conocido popularmente, está considerado además como el hombre más rico de su país, uno de los más pobres de África.
Honrosas excepciones
Aunque resulte extraño, también existe el extremo contrario a estos ejemplos. Vástagos que reniegan del poder de sus padres para colocarlos y deciden buscarse un futuro por sí mismos.
Bárbara Berlusconi, la hija del primer ministro italiano, ha rechazado trabajar para el conglomerado de la comunicación que también dirige su padre. "Quiero estudiar y trabajar en el extranjero, no en el negocio familiar" ha asegurado la hija Il Cavaliere.
Chelsea Clinton, la hija del ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton y de la actual secretaria de Estado, Hillary, a pesar de que participó en la campaña de su madre para presentarse como candidata a presidenta de Estados Unidos, ha rechazado inmiscuirse en política desarrollando por sí misma sus proyectos con ONG.
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