martes, 22 de marzo de 2011

"COMO VIVÍ EL PEOR TERREMOTO DE LA HISTORIA DE JAPÓN"


Por fortuna, España no es un país que sufra terremotos de la magnitud como los que hace unos días devastaron Japón. Sabéis que yo soy un gran "bloggero" (gente que lee y sigue blogs) y hoy os traigo uno en el que cuenta en primera persona como vivió el teor terremoto de la historia de Japón.

"Escribo esta entrada un par de días después del terremoto que ha ocurrido frente a la costa noreste de Honshû, del que todo el mundo ya ha oído suficiente y no es mi intención explicar, así que me limitaré a contar cómo lo he vivido estos tres días.

En el momento de la primera (y mayor) sacudida me encontraba volviendo de una excursión en una zona rural al oeste de Tokyo con un amigo japonés. Justo estaba haciendo una foto cuando me da la típica sensación de mareo que siempre da antes de darse uno cuenta de lo que realmente está pasando. Entonces el resto: árboles agitándose, un característico ruido de todo sacudiéndose, crujidos y sensación de que todo (incluyendo las montañas que había alrededor) temblaba. Rápidamente consulté en el teléfono móvil la información sísmica mientras pensaba que allá donde estuviera el epicentro lo debían estar pasando muy mal. Efectivamente, al ver que se trataba de un grado 7 en la escala japonesa me doy cuenta de que jamás he oído de un sismo de semejante magnitud en Japón (que ya es decir).

A los pocos minutos del terremoto en los combini ya se habían preparado para que no se les cayeran las botellas

Seguimos caminando hacia la estación de tren que nos debía llevar de vuelta a la zona más urbana y mientras tanto vamos notando las sacudidas de las réplicas, la más fuerte de las cuales nos pilló en la misma estación. La gente no se movía, pero yo tenía claro que estaba más seguro fuera de la estación que bajo techo.

Al poco rato se dice por megafonía que se trataba del mayor terremoto del que se tenía constancia en el país, y que todo el servicio de tren de la zona se encontraba parado hasta nuevo aviso. Tras varias horas esperando y tras saber que no se iba a restablecer el servicio hasta el día siguiente llamamos a unos amigos que vinieron rápidamente a buscarnos en coche (¡gracias!).

La máquinas muestran que el servicio ferroviario se encuentra parado.

Las principales vías de acceso a Tokyo estaban bastante saturadas como era de esperar al no haber servicio ferroviario, pero finalmente llegamos a nuestras casas esa noche. Mientras, las réplicas no cesaban, algunas suficientemente fuertes como para hacer que me pusiera de pie preparado para salir a la calle en cualquier momento. Esa noche dormí a ratos, ya que los temblores me iban despertando.

A la mañana siguiente empiezo a informarme más en profundidad sobre la situación al norte del país, donde estaban pasándolo realmente mal tras los terremotos en sí, los tsunamis y los incendios. Empiezo a darme cuenta de que muchos medios extranjeros, y especialmente españoles, están basando las noticias en lo que les decían algunos "bloggers" que están viviendo aquí. No sé si eran los propios medios tergiversando la información a base de medias verdades o los mismos informantes que querían atraer la atención, pero a partir del sábado empecé a leer noticias que describían un Tokyo al borde del holocausto: gente abarrotándose en supermercados casi vacíos, amenazantes réplicas que no dejan de sucederse, una población totalmente alarmada por la explosión en la central nuclear de Fukushima, gente que empieza a escapar de la capital por miedo a la contaminación radioactiva, etc. Y mientras yo viendo una realidad totalmente diferente:

Supermercado el sábado por la tarde: "sin existencias" y "abarrotado" de gente loca por comprar víveres para sobrevivir a la catástrofe.

Lo único que pude ver en los cinco o seis supermercados a los que entré en varias zonas de Tokyo fue que se acabaron ciertos productos, como los fideos instantáneos, la mayoría de marcas de leche y agua y algún otro producto. El resto, más o menos como siempre.

Evidentemente es serio, y mucho, lo que ha pasado. Pero de ahí a que realmente estemos viviendo esa situación descrita por algunos medios hay mucha diferencia. Uno siente las réplicas si está en casa sentado, no así si está caminando. De hecho, la inmensa mayoría de las réplicas se oyen más que sentirse: hay que mirar la lámpara (es el sismógrafo de muchos de nosotros) o las cortinas para cerciorarse de que realmente hay un temblor… os podéis hacer una idea de en qué han consistido esas réplicas. Mientras, amigos japoneses llamándome para ir al centro de Tokyo a cenar, etc., todo dentro de la más absoluta normalidad (o casi). Los desperfectos en Tokyo hay que buscarlos: algún cristal roto y poco más.

Otra cosa son los medios japoneses: en un país normalmente falto de noticias en el que una paliza a un actor de kabuki es la noticia más analizada y comentada del mes es de esperar que la noticia de este desastre sea el único tema del que hablan. De hecho, la mayoría de los principales canales de TV llevan emitiendo ininterrumpidamente noticias desde el viernes día y noche, aún no he visto otro programa en TV que no sean noticias.

Unas imágenes que no estaréis acostumbrados a ver: presentando las noticias con casco.

En esta última foto dando las noticias además a oscuras debido a los cortes de luz que ha empezado a haber esta tarde en la prefectura de Miyagi. Todo un ejemplo de profesionalidad, ¿no?

En resumen, muy mal los medios de comunicación extranjeros, que se han dedicado a alarmar a la gente (sobre todo a las familias de los que vivimos aquí) y a centrar gran parte de la noticia en Tokyo, donde prácticamente todo ha transcurrido dentro de la normalidad (excepto el paro de trenes, algunos desperfectos y los cortes de luz que se prevén para mañana lunes), quitando protagonismo a quienes realmente lo merecen: las prefecturas de Fukushima, Iwate y Miyagi.

Y a todo esto, he oído que en España se ha dicho que la embajada española ha confirmado que todos los españoles se encuentran bien. Que yo sepa, solo han intentado ponerse en contacto con los españoles residentes en las zonas afectadas, no han llamado a nadie aquí en la capital (tampoco es que lo necesitemos). Lo curioso es que ellos me dijeron que me debía inscribir en el registro de la embajada precisamente para esto, para que me localizaran en caso de terremoto. Bueno sí, y para avisarme de los eventos oficiales que haya en la embajada.

Como último punto a remarcar decir que me he quedado admirado del comportamiento del pueblo japonés ante la catástrofe: están demostrando ser un país preparado y dispuesto a ayudarse entre ellos. Aunque los que leéis este blog sabéis que también me quejo cuando hay cosas que no me gustan de aquí, sin duda lo que ha pasado estos días ha hecho que crezca mi admiración por este país.

Japón ha sabido salir adelante con la cabeza bien alta tras otras catástrofes, estoy seguro de que saldrá también airoso de esta."

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