sábado, 21 de agosto de 2010

CAFÉ DE PUCHERO


Quiero que estas líneas sean ha modo de homenaje a mi tía Azucena una de las personas que mejor hace el café de puchero del mundo. Que digo una de las mejores; la mejor.
Ya que para mí la que mejor café de puchero hacía, era mi abuela María que hoy no está entre nosotros.
Hoy estaba en la cama intentando dormir la siesta y escuchando la radio, recuerdos de la infancia de los oyente, y me vino como un rayo de sol entrando por la ventana en primavera a la cabeza, las frías tardes de invierno cuando los sábados y como rutina habitual, subíamos a casa de mi abuela y preparaba ese café a mi madre que tomaba con mi tía y ella misma y que con el paso del tiempo, y ha medida que crecía, iva poco a poco introduciéndo en mi rutina. Ese café que hoy años después y siempre que voy dónde mi tía, tomo y recuerdo aquello.
Pues me puse ha investigar el por qué de este nombre, y como se consigue ese olor tan característico y que me llena las fosas nasales de recuerdos inborrables y momentos de felicidad.
El olor a café de puchero, lo asocio con momentos de tertulia cuando mi abuesla nos contaba historias de la guerra civil española, de cuando vendía por los mercados y tantas y tantas historias siempre acompañadas con ese aroma a café de puchero y con alguna pastita o galleta en el centro de la mesa con su mantél de hule.

En España ha sido el café de puchero una de las formas más acostumbradas de preparar esta bebida, por lo menos en pasadas décadas cuando en el mercado no se podían encontrar con igual facilidad que hoy los numerosos tipos de cafeteras que podemos comprar incluso en Internet.
El café de puchero si por algo destaca es por su sencillez de preparación y por sus necesidades tan básicas en cuanto a utensilios necesarios. Un puchero, olla o cazo junto a un colador o filtro será todo lo que vamos a emplear.
Siempre debemos tener en cuenta que para preparar un buen café, independientemente del tipo de cafetera que vayamos a utilizar, es necesario que el molido se realice momentos antes de utilizarlo. Es muy fácil comprobar cómo cualquier café pierde parte de sus propiedades si utilizamos un grano molido de varios días.
Así que para el café de puchero, como para cualquier otro, lo indicado es moler el grano de café minutos antes de utilizarlo.
En el caso en particular del café de puchero la molienda debe ser más gruesa de lo normal.
Para preparalo se calienta agua en un puchero y momentos antes de que comience a hervir echamos la mitad en cualquier cazo de porcelana en el que hayamos puesto el café molido. Dejamos unos minutos la mezcla en infusión y con el agua del puchero de nuevo caliente a punto de ebullición completamos todo el agua que contendrá el cazo de porcelana.
Esperamos unos cuatro o cinco minutos y con cuidado colamos la bebida.
No es muy recomendable hervir el café en el puchero y luego colarlo con los típicos coladores metálicos, salvo que se desee probar un “café masticable”.

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