sábado, 11 de diciembre de 2010
LOS FRIKIS DE LA LOTERÍA
Muchos estáis impacientes y deseosos de que llegue el 22 de Diciembre día en el que se celebra el sorteo extraordinario de loteria de navidad.
Decir que yo NO LLEVO ni un décimo. No como estos que o bien artos de que no les toque o bien por su naturaleza extraña hacen esto:
Algunos tienen en su casa más boletos que fotos familiares
No tire sus décimos, un 'loco' coleccionista los recogerá
En 1964 los décimos de lotería nacional cambiaron de imagen: con un tamaño más reducido, cada año las ilustraciones eran sobre un tema en concreto y cada serie disponía de un color diferente. Empezó entonces un nuevo 'hobbie': la loterofilia.
Cada coleccionista persigue un propósito diferente: tener todos los números capicúas, poseer la colección numérica -todos los números, desde el 00000 al 99999-, conseguir un décimo de cada administración de lotería, de cada sorteo, juntar todos los colores de las series o un décimo de cada sorteo... vale cualquier excusa que justifique el tener en casa más décimos que fotografías.
Como curiosidad: el primer sorteo de la lotería nacional, tal y como lo conocemos, fue el 4 de marzo de 1812 en Cádiz y no sería hasta el 28 de febrero de 1814 cuando llegase a Madrid. Nació por iniciativa de Ciriaco González Carvajal y fue concebida como "un medio de aumentar los ingresos del erario público sin quebranto de los contribuyentes".
"Comencé a coleccionar por un número: el 14467"
Desde el año 1967, Jesús García, de 67 años, reúne en su casa cerca de 60.000 décimos de lotería. Su afición comenzó cuando su padre se aburrió de comprar el mismo número y que nunca tocase nada. Con todos los décimos que guardaba se hizo una pregunta: ¿por qué no reunirlos y coleccionarlos? Así comenzó a separarlos y los clasificó: tiene los números capicúas, la colección numérica, un décimo de cada administración de España y un décimo por cada sorteo.
La colección de los números capicúas la tiene completa, con un total de 2.000 décimos. "Es una de las más difíciles por la complejidad de encontrar números tan singulares", presume orgulloso de ella Jesús. Pero la colección que más le interesa es la numérica: conseguir un décimo de cada número, del 00000 al 99999: "Esta colección es la que me gustaría terminar antes de morirme, pero cada vez lo veo más complicado".
Su sistema para conseguir los décimos es muy sencilla: en dos administraciones de lotería del barrio de El Pilar (Madrid), tiene depositadas sendas cajas de madera con un letrero: "Deposite aquí los décimos de Lotería Nacional no premiados. Un 'loco' coleccionista vendrá a recogerlos". Todos los lunes se desplaza a las dos administraciones y recoge cerca de 200 décimos. El domingo es el día que dedica a ordenar su colección porque, según dice, "ya me he puesto esa obligación por la cantidad de números que manejo".
Del resto de formas para conseguir los décimos no ha obtenido muy buenos resultados. La correspondencia que tenía con otros coleccionistas la ha ido dejando de lado porque aseguro que suelen ser unos "rácanos y si tú envías 35, casi siempre te devuelven menos porque dicen que han encontrado algún pequeño desperfecto en el décimo". De la compra-venta no quiere ni oír: "Delante de mí no pronuncies esa palabra" (vender). Asegura ser un coleccionista rudimentario que necesita "ver y tocar" y prefiere el intercambio, como si los décimos fueran cromos y se cambiase con otros los repetidos.
De hecho, no sólo colecciona décimos sino que también sellos. Tiene varias colecciones terminadas para sus nietos y a ellos les intenta inculcar el gusto por coleccionar algo y les anima a realizar colecciones de los cromos e, inclusive, se va con ellos al rastro para intercambiarlos. "Con ocho y cinco años van aprendiendo cosas y todo eso es bueno para ellos. Una cosa que admiro mucho en los dos, es que el pequeño, con cinco años, sabe de memoria los cromos que le faltan y el de ocho por supuesto que también".
Los colores sí que importan
Otro loco, pero de los colores, es Félix Sánchez, de 75 años. Hasta el año 1984, los décimos de Lotería Nacional tenían diferentes colores, uno por cada serie. "De 1967 a 1980, aproximadamente, de cada sorteo tengo las series completas con sus colores correspondientes. Lo extraordinario es que de los años 64, 65 y 66 tengo el mismo número con todas sus series".
Otra de sus colecciones es guardar un décimo de cada sorteo del sábado. "Cada año tiene una temática diferente en las ilustraciones, entonces los colecciono y tengo el catálogo completo de ese tema. Por ejemplo, del año 68 tengo la colección de los deportes o del 69 de los refranes", relata.
Comenzó a coleccionar los décimos porque poseía una filatelia y cuando la cerró se encontró con un gran número de décimos, lo que le animó a clasificarlos y comenzar a guardarlos.
Las nuevas tecnologías llegan a la loterofilia
Contactar con otros coleccionistas es algo complicado y para facilitar este trance, José Gonzalvo, de 61 años, creo una página web donde se pueden leer anuncios de coleccionistas para la compra-venta o simplemente para intercambiar. "Internet es un gran invento y, creo, que tiene que facilitarnos la vida. Por eso decidí crear la web, para que resultase más fácil intercambiar los décimos". La página tiene entre 100 y 200 visitas al día, pero puede llegar a recibir unas 2.000 visitas en los días posteriores al sorteo de Navidad porque la "gente busca en Google el resultado de la Lotería y visita la web por equivocación pensando que están ahí".
Hace cuatro o cinco años que terminó su colección, de la que tiene 25 años completos y unos 100.000 números diferentes. Comenzó en esto del coleccionismo porque, en el trabajo, era quien le entregaba a un compañero jubilado los décimos que el resto de la plantilla le daban. Al morir el coleccionista, le siguieron pasaron los décimos y decidió comenzar su propia colección. Para conseguir los décimos de otras provincias, se ponía en contacto con compañeros de otras delegaciones para facilitar el envío, pues las administraciones sólo mandan los décimos por correo certificado o por mensajero.
Todos coinciden en lo mismo: coleccionar lotería es cada vez más difícil. Así que la próxima vez que vayas a romper o arrugar tu décimo no premiado, piensa que en algún sitio, ese puede ser el número que le falta a algún "loco" para acabar su colección.
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