lunes, 3 de octubre de 2011

JABÓN

Ha diario lo utilizamos (unos más que otros) y ya que ayer hablé del champú hoy lo quiero hacer de un utensilio fundamental e indispensable en nuestro hogar. La historia del Javón por que aonque muchos lo utilicemos con frecuencia, pocos nos hemos preguntado por su historia.

En el mundo mediterráneo antiguo no se conocía el jabón. En su lugar se empleaba el aceite de oliva con el que no sólo se cocinaba, sino que servía además para lavar el cuerpo. La primera receta conocida para elaborarlo es sumeria, y data del año 3000 antes de Cristo. Estaba redactada en los siguientes términos: "Mezclad una parte de aceite con cinco de potasa, con lo que obtendréis una pasta que librará vuestro cuerpo de su suciedad más que el agua del río". El jabón antiguo procedía de la combustión de la madera de arce, cuyas cenizas se mezclaban con aceite de oliva y sosa, grasa animal y cal viva. Era un jabón perfectamente adecuado para su fin, tanto que se mantuvo competitivo hasta no hace muchos años. Los fenicios, los más activos comerciantes del mundo antiguo, trajeron el jabón a Europa, tal vez a Cádiz y Marsella, hacia el año 1000 antes de nuestra Era. Comerciaron con él, y dejaron los métodos de elaboración a los celtas y a los galos, que aprendieron a hacer jabón mucho antes que los romanos. De hecho, Roma no conocía este producto. En su lugar utilizaban una mezcla de piedra pómez y aceite. La palabra "jabón" no es latina, sino de origen germánico: sapon. El historiador y naturalista latino, Plinio el Viejo, describía el jabón como una especie de ungüento grasiento de sebo de cabra y cenizas de haya que se dan en el pelo, para untárselo y teñirlo, los pueblos bárbaros, al que llaman "sapon". Galeno, el más importante de los médicos romanos, lo alababa mucho, y aseguraba que era una manera natural de eliminar la suciedad del cuerpo, principal fuente de enfermedades. Ya en el siglo VIII, el jabón se conocía en todo el Sur de Europa. Se fabricaba en las ciudades de Toledo, Génova y Marsella. Era un producto caro, ya que las materias primas no eran de fácil extracción. Las cenizas de algas marinas, y la potasa, todavía resultaban de difícil obtención. Su elaboración era artesanal, reducida su fabricación a pequeñas factorías de tipo familiar, que rendían poco. En la feria de Medina del Campo, en Castilla, se reunían los jaboneros más importantes de España, gozando de prestigio los procedentes de Toledo. Eran nombrados los centros jaboneros de Ocaña, Torrijos y Yepes, que competían con los valencianos, e incluso con el jabón de Venecia. En 1791 tuvo lugar un hecho importante para la historia del jabón: la posibilidad de obtener soda cáustica tratando la sal marina con ácido sulfúrico. Tanto la sal como el ácido sulfuríco eran materias primas abundantes y baratas. El precio deljabón bajó espectacularmente, cayó en picado: ya era posible universalizar el producto, generalizar la limpieza. Para dar a conocer los nuevos hallazgos que tanto abarataban la elaboración del jabón, se moldeó el busto del rey de Francia con el producto obtenido con las nuevas técnicas, y se inscribió en él la siguiente leyenda: "Quita todas las manchas". Y no mucho después, el francés Chevreul descubrió la oleina, demostrando que el jabón era el resultado de una relación química precisa. Con los experimentos a finales del siglo XIX del belga Solvay, relativos a la puesta a punto de la soda al amoníaco, el jabón encontró su fórmula definitiva. Y gracias a aquellas innovaciones y avances, hacia 1830 disminuyó notablemente la mortalidad infantil en Europa, merced a la higiene propiciada por el abaratamiento de un producto que tanto tenía que ver con ella. Un elegante del entorno cortesano inglés, exclamaba a finales del siglo pasado: "¡ Qué placer acudir a los salones, ya no huelen los señores a su propia humanidad...!". Tenía razón. A principios del siglo XX, los químicos alemanes Geisler y Bauer, inventaron un procedimiento eficaz para la fabricación de jabón en polvo seco. En 1906, la compañía alemana Henkel, de Dusseldorf, comenzó a vender, con el nombre de Persil, el primer jabón en polvo del mercado. Pero esa es otra historia.

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