lunes, 25 de julio de 2011

SUEÑOS TRUNCADOS

Hoy os vengo ha hablar de Cádiz una ciudad a la cuál tuve el gusto y el placer de visitar en más de una ocasión y que tenía previsto haber visitado si no hubiese sido por el sindicato UT-UGT y a UP partido político interno que desgobiernan la ONCE al impedirme ejercer la venta del cupón con falsas excusas de baja productividad.
Un chico de 26 años como soy yo, con un sueldo miserable eso sí, pero con ganas y ambiciones de futuro a corto y medio plazo.
Con los sobrantes 639 euros que nos obligan a cobrar a los trabajadores que entremos nuevos a la ONCE (ORGANIZACIÓN NACIONAL DE CIEGOS ESPAÑOLES) por si ha alguien se le había olvidado, poco se puede hacer es cierto pero para una escapada a Cádiz un par de días para desconectar y pasarlo bien llegaba.
Tal vez, en otro mes hubiese ido a Bilbao a conocer el campo del equipo de mis sueños el Athletic Club de Bilbao pero todo eso, se ha quedado en nada gracias a los que desgobiernan a la ONCE.
Y para al menos disfrutar un poco del olor a sal que mis sentidos parecen percibir, algo de la ciudad más antigua de Europa:


Cádiz. Provincia situada en el suroeste de España, en la parte más meridional de la comunidad autónoma de Andalucía.
Esta ciudad es conocida sobre todo por su larga e influyente historia, -posiblemente la ciudad más antigua de Europa occidental y con restos arqueológicos datados en 3.100 años- no sólo en el ámbito nacional sino también por su importancia en procesos como las guerras púnicas, la romanización de Iberia,el descubrimiento y conquista de América o la instauración del régimen liberal en España con su primera constitución.

Toda la ciudad alberga numerosas plazas, jardines, iglesias y otros emplazamientos que así lo recuerdan.La ciudad está situada en un tómbolo, frente al estuario del río Guadalete e inmersa en el Parque natural de la Bahía de Cádiz, a 124 km de la capital autonómica, Sevilla.

Históricamente ha sido desde un pequeño archipiélago (llamado Gadeiras), a una sola isla, situación en la que se debate si se encuentra en la actualidad. Ésta particularidad hace que sea difícil definir su condición geográfica, aunque hoy día recibe un plan de tratamiento insular. Fue bautizada por Lord Byron como «Sirena del Océano» y se la conoce popularmente como la «Tacita de Plata».

Historia
La historia conocida de la provincia arranca con Tartessos y sigue con la colonización sucesiva de fenicios, cartagineses, romanos, visigodos, bizantinos, musulmanes (cuya victoria en la batalla de Guadalete supuso el final del reino visigodo) y cristianos (Alfonso XI, vencedor en la batalla del Salado contra los Benimerines norteafricanos).

También fue escenario de otros conocidos combates bélicos que acontecieron más tarde, como el de Trafalgar, en 1805, y muchos de los que tuvieron lugar en el transcurso de la guerra de la Independencia española. Durante este conflicto albergó a las Cortes que promulgaron la Constitución de 1812, la primera de las leyes magnas de que se ha dotado el Estado español.

Los fenicios fundaron Cádiz, una de las ciudades más antiguas de Europa, en el año 1000 a.C. aproximadamente. Entre el año 700 y el 600 a.C. fue un próspero mercado de ámbar y estaño. En el año 501 a.C. fue conquistada por los cartagineses, que la perdieron ante los romanos en el 201 a.C., al final de la segunda Guerra Púnica (véase Guerras Púnicas). Destruida por los visigodos en el Siglo V d.C., los musulmanes la conquistaron en el año 711 y la reconstruyeron. En 1262 Alfonso X el Sabio, rey de Castilla, tomó la ciudad. Tras el descubrimiento de América por Cristóbal Colón, en 1492, Cádiz sustituyó a Sevilla, en el Siglo XVII, como centro que ostentaba el monopolio del comercio americano, por lo que llegó a ser una de las ciudades más ricas de Europa. Hasta finales del Siglo XVIII, sufrió varios ataques ingleses en su afán por desafiar la supremacía naval española; el primero se produjo cuando una flota inglesa dirigida por sir Francis Drake asaltó el puerto en 1587 y destruyó muchos barcos, pero no pudo saquear la ciudad. Durante la Guerra de Independencia española, Cádiz fue sede de las Cortes que elaboraron la Constitución de 1812, siendo sitiada por la marina francesa entre febrero de 1810 y agosto de 1812. Tras la pérdida de las colonias españolas en América la prosperidad de la ciudad disminuyó, aunque desempeñó un destacado papel en los cambios políticos que se produjeron en el Siglo XIX: fue el último reducto de los constitucionalistas ante la intervención francesa que permitió a Fernando VII gobernar de forma absoluta (1823), y en Cádiz se sublevó el almirante Juan Bautista Topete, en 1868, iniciando el movimiento revolucionario que destronó a la reina Isabel II. En la Guerra Civil española (1936-1939) Cádiz fue utilizada como base de las fuerzas nacionales dirigidas por Francisco Franco.

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