domingo, 1 de abril de 2012

EL ORIGEN DEL PARCHÍS

En el exterior de la casa el clima es francamente desapacible. Durante toda la tarde la temperatura exterior ha sido baja. No luce el Sol y de forma intermitente la lluvia hace acto de presencia, potenciando el ambiente grisáceo que invade todos los rincones de las calles de la ciudad. Aunque no llueve con demasiada intensidad, esto ya es suficiente como para que a cualquier persona se le quiten las ganas de salir a dar un paseo.

En el interior del cálido hogar se pueden oír unas risas combinadas por un frenético e incesante ruido que suena así como "Txac-txac-txac". Podemos también escuchar que alguien dice en voz alta: "Uno, dos, tres, cuatro y... ¡Cinco! Me la como, te vas para casa y me cuento veinte" "¡Sí vaya! ¡Es la segunda vez que me voy para atrás! ¡Así no llegaré nunca!" Responde con voz resignada otra de las personas. De fondo, la radio con sus melodías llenan los escasos momentos de silencio.

Sin duda, a estas alturas, nuestro lector/a ya habrá podido deducir lo que sucede en la casa de nuestros amigos. Son un pequeño grupo de amigos que juegan al Parchís, uno de los juegos de tablero tradicionales que generación tras generación ha encandilado a sus participantes, llenándolos de horas de diversión.

Casi nos atreveríamos a afirmar que no existe nadie que no haya jugado a este juego (o alguna de sus variantes) en su vida. Un juego que tenemos ya tan asumido en nuestra cultura lúdica que pocas veces nos preguntamos acerca de su origen y porque no, incluso el significado de sus reglas básicas.

El Parchís es un juego derivado del Parchisi cuyo origen se encuentra en la India y tiene una antigüedad aproximada de 2.600 años, periodo de tiempo que se supone tiene su tablero más antiguo conocido hasta la fecha. En su país de origen, el Parchisi tradicional se juega sobre un tablero en forma de cruz y confeccionado en paño, que se extiende encima de una mesa o simplemente en el suelo.

Se supone que el Parchisi es un juego muy popular desde hace tiempos inmemoriales, con el cual jugaban desde las clases más pudientes hasta las más humildes, ya que además de pequeños tableros, podemos encontrar ostentosos y lujosos tableros de Parchisi en los palacios de Agra y Allahabad, cuyas casillas están realizadas en mármol blanco y rojo. Relacionado con estos inmensos tableros, cuenta la leyenda que existió un emperador mongol aficionado a jugar al Parchisi, aunque ciertamente de una forma bastante particular, pues no jugaba con las concubinas de su harén particular, sino que las utilizaba como fichas vivientes, ataviadas con los colores tradicionales del juego. Sin duda este buen hombre no vivía en un piso de 30m2.

El Parchís actual

El Parchís moderno, tal y como lo conocemos en la actualidad, es una variante del Ludo, juego introducido en Inglaterra el año 1896.

El juego se empieza a comercializar bajo el Imperio Británico casi a finales de la época Victoriana. En esos años, gracias a las colonias que Inglaterra tenía en la India, hubo por parte de los británicos una corriente (o mejor dicho una moda) en descubrir todo lo relacionado con la cultura india y sus tradiciones ancestrales. Fruto de esta situación se descubrió un juego tradicional que pronto empezarían a exportar en varios países como por ejemplo los Estados Unidos, donde se popularizó muy rápido, ayudando todavía más a que el Parchís fuera conocido en todo el mundo.


Este juego llegó a España en la década de los veinte, cuando ya era bien conocido en todo el planeta. Su relativo bajo precio y sus reglas elementales fueron claves para que se convirtiera en pocos años en un juego muy conocido y asequible a todas las clases sociales del país, siendo un pretexto para reuniones o momentos lúdicos varios.

El Parchís moderno tiene bastantes diferencias respecto al juego tradicional indio, pues respecto a este aumentó el número de casillas, se incorporaron los dados, el tablero se realizó habitualmente en cartón y se modificaron las reglas básicas, además que se convirtió en un juego familiar. Curiosamente, el Parchís con el tiempo evolucionará hacia un publico infantil al contrario que lo que sucederá con el ajedrez, que gracias al carácter de sus jugadores, los campeonatos del mundo que se realizan, los polémicos desafíos entre ordenadores-jugadores humanos y porque no, el impulso político interesado por parte de países como la extinta URSS, se intelectualizará.

Además también se ha querido establecer una interpretación al juego del Parchís comparándolo a un viaje iniciatico de la vida, en la que cada uno recorremos nuestro propio camino (marcado con las casillas de nuestro color) y en los que los castillos donde el peregrino reposa de los peligros del viaje son representados por las casillas de "seguro" del juego. También podemos encontrar paralelismos de cultura hindú en el juego, como la representación de la reencarnación (Si te "matan" vuelves a partir de la casilla inicial) y el Mandala, es decir, el paraíso como la meta final para el viajero.

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