Ayer sábado y como todos, viene siendo habitual ya en mí, me dispuse a ir a atender a los niños del infantil "C" del Club Deportivo Móstoles.
Con mi mochila al hombro, salí de casa no la mente puesta en el partido pero con un pequeño apartado... y es que la tarde anterior, recibí una llamada avisándome de que "alguien" vendría a ver el partido y a dedicarnos un rato de su valioso tiempo. Además de hacerse unas cuantas fotos con los presentes.
Pues como digo, fue una llamada improvisada aunque preparábamos la visita para más adelante, surgió así de sopetón como mejor sientan las cosas.
Me fui con mi prima a Móstoles lugar dónde ella trabajaba y en la glorieta de "Carrefour" me recojió el siempre dispuesto Joaquín Sierra para acercarse a Villaviciosa de Odón lugar dónde a las 12:45 estaba dispuesto para jugar el partido de fútbol.
Los nervios que siempre me entran al principio del partido (y eso que yo no juego) se sumaban al secreto que tenía guardado y que no podía revelar.
Germán el entrenador de los niños, ya sabía algo por que le havía puesto en antecedentes al finalizar la llamada primera.
Pues bien, el dispositivo se puso a trabajar y el entrenador avisó a uno de los coordinadores del club para que avisara a todos los jugadores que no ivan convocados para que no se perdieran el acontecimiento.
El partido transcurrió con normalidad. La normalidad que te da el ir ganando 2 - 0.
Nos metieron el miedo en el cuerpo al acercarse en el marcador pero un tercer gol muy pero que muy celebrado, nos puso en bandeja el cuarto.
Tras el tercero, se comentaba en el banquillo siempre revoleras, que qué se aría a la finalización del partido por que el coordinador les havía dicho que havía algo especial preparado.
Pues bien, se acaba el partido y los jugadores tras la piña final, se disponen a irse a duchar pero: Un rumor se extiende por las gradas del campo de fútbol. "Está el niño de águila roja" comentan.
Esto se suma a que algunos jugadores afirman averlo visto en la grada durante el partido.
El nerviosismo es generalizado y los chicos bajan a regañadientes al vestuario para ducharse e irse a sus casas a descansar del gran partido logrado.
En el vestuario, el nerviosismo y la espectación es máxima puesto que todos querían salir a saludar al hijo del héroe ficticio.
Germán, no puede contenerlos e incluso algún atrevido en paños menores, quería aventurarse por los pasillos del campo para comprobar el mismo si era verdad que Guillermo Campra (Alonso de Montalvo) estaba aún por el estadio.
Entónces, aquí juego yo mi papel y avandono el vestuario.
Salgo al campo y miro por la grada. No los veo. Cruzo algunas palabras con los padres de los niños y me confirman que si que estaba.
Me acerco a dónde estaban ellos seguidos por los padres con la mirada.
Entónces es cuando digo: "Señor Guillermo?"
"David" me contesta él de inmediato bajando de la grada a extenderme la mano.
"Por fin estáis aquí. Veo que no os havíais olvidado de la llamada"
"Siempre procuramos cumplir con nuestra palabra verdad Guille"
"Verdad"
Es en ese momento, cuando brindo mi mano a la de Guille y este me devuelve el apretón de manos.
Saludo a el resto de acompañantes y les digo: "Ya os han visto pero bueno podemos aguantar un poco más venid conmigo a bajo a darles la foto"
Se abre un pequeño paseillo a la comitiva encabezada por mí y seguida del padre de Guille, su hija carla, y Adrián (un miembro del chat de guillermocampra.com, chat del que ya hablé por aquí) y Guille.
Bajamos a la zona de vestuarios y los ojos habiles y siempre atentos de Guille, detecta, una máquina exprendedora de preservativos, Tras reirnos de una imagen que yo nunca havía visto en un campo de fútbol, Guille comienza a firmar la foto que traía a los chavales y que previamente havía pedido yo que trajeran para que tuviesen un recuerdo de una visita muy especial.
Mientras tanto en el vestuario, Germán, no pudo más y dijo que intentaría ver si podría hacer que bajase para que les conociese pero, como ya lo sabía ganó unos minutos.
Presento a Germán a mis acompañantes, y tras unas palabras, se seca la tinta del rotulador en la foto firmada, y damos paso a Guillermo.
Los chicos, nada más verlo, rompieron el silencio pero a los pocos segundos, rompen en una ovación que aún retumba en mis oídos.
Guille, da la mano uno a uno a todos los jugadores y espontáneamente, dice que un gran partido y que enhorabuena.
Germán tiene unas palabras de agredecimiento hacia Guille y este, hace entrega de la foto firmada a los capitanes que la recojen nerviosos.
No se si es por que acababan de salir de las duchas, pero algunos sudaban.
Y tras varios minutos de amena charla, deciden que Guille firme todo tipo de cosas tales como las botas de jugar al fútbol, las mochilas o incluso folios.
Tras estas operaciones, yo estaba agobiado para que no extresaran a Guille puesto que havía venido voluntariamente y desinteresadamente a conocerlos y me parecía a mi, que querían aprovecharse de la ocasión pero Guillermo padre, me dijo que ni mucho menos que era algo normal y que dejase que disfrutasen.
Salimos al campo para poder tener luz natural y poder hacer unas fotos para inmortalizar tan bonito recuerdo.
Hicimos formación y los flash de las cámaras se dispararon. Padres, madres, abuelos y hermanos fotografiaban a el equipo.
Guillermo, tuvo otro gran detalle y es que posó con cada uno de los jugadores. 20 en concreto.
El entrenador y yo nos hicimos otras aparte pero que también quiero compartir con todos vosotros.
AGRADECIMIENTOS: Sin lugar a dudas, a Guillermo padre, por agilizar el trámite de la visita al día de ayer. Por su siempre disposición a que todo salga bien y que la gente conozca a su hijo y su hijo conozca a la gente. Algo maravilloso.
A Carla que muy callada, deslumbraba simpatía por los cuatro costados.
A Adrián por acompañarnos también esta mañana.
A los niños que se comportaron como se debe de comportar las personas: con respeto y saberestar
A los padres que rápidamente se ofrecieron para hacer de cámaras e inmortalizar el evento.
Y sobre todo y en especial, a Guillermo Campra, Guille para los amigos, por habernos dedicado un rato de su tiempo para venir a ver el partido y conocer a los chavales.
Por su simpatía y por su humildad. No tengo palabras para describir la gratitud que siento por acceder a mi petición.
Sinceramente lo digo y quién me conozca lo ratificará, VAMOS A INTENTAR DAR UN PEQUEÑO REGALO U HOMENAJE A GUILLERMO puesto que al ser tan rápida la visita, no tuvimos tiempo de preparar nada.
Quiero terminar agradeciendo otra vez (y las que hagan falta) a Guillermo por venir.
Por hacer el sábado diferente.
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