miércoles, 10 de febrero de 2010

SIGUE LA CRISIS EN LA ONCE


La crisis aún no ha llegado a su fin ni muchomenos y en la ONCE no será menos.

El alcalde afirma que carecen de autorización para la venta ambulante y que sus puestos invaden la vía pública

El Concello de Baiona quiere erradicar de la vía pública la imagen del vendedor del cupón de la ONCE. Considera que se trata de venta ambulante y como tal
está prohibida en las ordenanzas municipales.

El alcalde, Jesús Vázquez Almuíña, afirma que estos trabajadores no tienen autorización para poner puestos en la calle. Se refiere al maletín portátil que
emplea uno de ellos para que no le vuelen los cupones y a una caseta de reducidas dimensiones que otra vendedora adquirió para protegerse del frío y del
viento que estos días de invierno sopla con fuerza en la villa turística.

Hay cinco vendedores afectados por esta decisión municipal y la Policía Local ya los ha identificado esta semana. Son personas con discapacidades que se
ganan la vida de esta manera. Tres trabajan entre semana y dos lo hacen los sábados y domingos. Ayer recibieron una carta del Concello. Les dan un plazo
de diez días para que se presenten a una audiencia previa al requerimiento de retirada de los puestos de venta.

Las autoridades locales informan en su misiva de que la porción de dominio público que ocupan con su actividad «limita o excluye la utilización por los
demás interesados». Y la avenida Elduayen es la más ancha del municipio gracias a las obras de modernización llevadas a cabo con los fondos del Plan E.
Les han dicho que si quieren seguir trabajando, que alquilen un bajo comercial donde poner los cupones a la venta, puesto que también han denegado a la
corporación sin ánimo de lucro la instalación de quioscos.

La ONCE tiene 13.100 puntos de venta móviles distribuidos por toda España, en mercados, grandes superficies o puntos concretos de tránsito a pie de calle.
Y Baiona es la única localidad en la que les han puesto trabas.

Peligra el trabajo

Los vendedores de cupones están muy disgustados y esperan que el asunto se resuelva porque peligran sus puestos de trabajo. Además son muy apreciados por
todos los vecinos. Carmen Sanromán López vendió el pasado mes de septiembre un cuponazo que repartió en la villa más de dos millones de euros en premios.
Una vecina afortunada resultó agraciada con un sueldo de 6.000 euros al mes durante 25 años. «No nos pueden hacer esto», afirma Nicanor López Gómez, uno
de los vendedores afectados

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