jueves, 19 de enero de 2012

30 AÑOS DE DEMOCRACIA EN LA ONCE

hoy se cumplen 30 años, de las primeras elecciones democráticas de nuestra institución. Y haciendo una valoración objetiva La democrácia contrariamente a lo que todos esperávamos, en lugar de consolidar y fortalecer La Organización, se ha dado el fenómeno inversamente proporcional. A medida que avanza la democrácia en el país la ONCE va recortando libertades forzando el pensamiento único. se va debilitando alejándose cada vez más de los fines para los que fue creada.

Recuerdo como si fuera ahora Ese día. a las 8 de la Tarde, nos encontrábamos un grupo deamigos algunos de los cuales formaban parte de las candidaturas y todos esperábamos con ilusión y expectación el recuento de votos. En un ambiente relajado y casi festivo. Que contrasta con la tensión

Que se respiraba en estas últimas.

Y contrariamente a lo que nos intentan hacer creer el progreso llegó antes de que UP llegara al poder.

Durante 44 años la ONCE ha ido superando todas las dificultades Y ha conseguido que el cupón tradicional ocupara un lugar importante y así lo corroboran los datos siguientes Sacados del Libro "Los ciegos en la Historia de Jesús Montoro":

El 13 de diciembre de 1938 SE FIRMA EL DECRETO FUNDACIONAL DE LA once Y

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 14 del Reglamento de la Organización Nacional de Ciegos, del 28 de octubre de 1939,

el Colectivo pone a la venta el denominado «cupón pro-ciegos», con carácter totalmente voluntario, como forma exclusiva de ingresos para los afiliados a la misma. Dicho cupón es el medio excepcional de ingresos económicos que tiene el organismo, autorizado por el Ministerio de Hacienda y concedido por el Gobierno en monopolio -de forma exclusiva-. Es un boleto legalmente emitido

que tiene una promesa de pago en metálico en la cuantía establecida, en el caso de ser premiado en el sorteo, que este Organismo verifica todos los días laborables.

la Organización Nacional de Ciegos confeccionó su propio cupón pro-ciegos, que puso a la venta, oficialmente, el día 8 de mayo de 1939 en todas aquellas poblaciones, donde, previamente, el Organismo había creado su Delegación, encargándose los Delegados y sus colaboradores de mentalizar a los afiliados de la entidad para que vendieran sin miedo aquel producto, porque estaba autorizado por el Gobierno y era un medio seguro de ganarse el jornal. Utilizando la prensa y la radio se trató de convencer al público de que, comprando el cupón de los faltos de vista, realizaba una obra benéfica y retiraba a los ciegos de la mendicidad, porque les proporcionaba un salario que les permitiría vivir dignamente. La Jefatura de la Corporación abasteció de cupones a estas Delegaciones, procurando no saturar el mercado y enviarles juegos completos, designando juegos al número de tiras con idéntica numeración, que se expendía en cada ciudad.

El premio en metálico del sorteo tenía la cuantía de 250 veces el precio de un cupón y de 25 veces para las bonificaciones, cuyas dos últimas cifras fueran iguales y estuviesen colocadas en el mismo orden que las del número premiado. era agraciado, en un principio, con un premio de 25 pesetas, puesto que un cupón costaba 0,10 pesetas (diez céntimos), habiendo, además, una bonificación de cinco pesetas para todos los cupones, cuyas dos últimas cifras coincidieran con las del número premiado y estuvieran colocadas en el mismo orden que las tenía aquél.

El precio del cupón se fue aumentando pero mantuvo la misma proporción en los Premios: el 250% a las 3 cifras y el 25% a las 2.

Desde el 8 de Mayo de 1939 hasta el 30 de Agosto de 1950 el cupón costó 0,10 céntimos.

Del 1 de Septiembre de 1950 al 20 de Septiembre de 1955 se vendía a 0,20 céntimos.

Con un premio de 50 pesetas y uno de 10.

Del 22 de Septiembre de 1955 al 31 de diciembre de 1957, 0,50 Céntimos Un premio de 125 Pesetas.

Del 2 de enero de 1958 hasta el 31 de diciembre de 1963 1 peseta y un premio de 250.

Del 2 de enero de 1964 al 30 de Septiembre de 1969 2 pesetas y un premio de 500.

- Del 2 de octubre de 1969 al 31 de diciembre de 1975 su precio fue de 5 pesetas y su premio de 1.250 pesetas.

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del 2 de enero de 1976 al 30 de abril de 1979 se fijó su valor en 10 pesetas con un premio de 2.500 Pesetas.

Del 2 de mayo de 1979 al 31 de diciembre de 1983, un cupón costó 25 pesetas, teniendo un premio de 6.250 pesetas.

En marzo de 1942, comprobando que los ingresos de la Entidad habían aumentado un 800 por ciento desde su fundación y eso en plena posguerra.

, y que la ONCE amenazaba con convertirse en una fábrica de hacer dinero, y que no cumplía los objetivos para los que fue creada, Javier Tovar propuso a los Delegados poner remedio a esta situación y encauzar la evolución de la Corporación por los caminos deseados;

razón por la cual elaboraron un amplio programa de actuación, de conformidad con el principio que inspiró la creación de la Organización Nacional de Ciegos: El cupón no es más que un medio para obtener recursos que puedan dedicarse a la formación profesional de los privados de vista para que se integren en el mundo laboral, rindiendo satisfactoriamente. La venta del cupón es una ocupación que dignifica al ciego que la realiza, porque con su propio trabajo se independiza de sus parientes.

Con el fin de mejorar y aumentar los servicios sociales prestados por la Organización Nacional de Ciegos a todos sus asociados y, al mismo tiempo, proporcionar mayores ganancias a sus vendedores

A partir del 2 de noviembre del año 1943 se implantó en la Entidad la venta voluntaria de un cierto número variable de cupones complementarios con un 20 por ciento de comisión para el vendedor y un 32,5 por ciento de ingresos para asistencia y previsión social de todos los miembros del Organismo. Estos cupones complementarios constituían el grupo vulgarmente llamado por los afiliados «Reenganche», y

con esta medida se pretendía que no hubiera cupones sin vender. Asimismo, se establecen topes de venta al 40 por ciento con diferente número de cupones, de conformidad con las circunstancias familiares de los vendedores, porque, por ejemplo, un casado, que tuviera hijos, podía vender más cupones que un soltero

Vease la circular 133 del 14 de Octubre, de 1943.

Cuando comenzó a operar la ONCE, se pensaba que los ciegos eran inútiles para cualquier trabajo laboral. Pero los invidentes habían demostrado y continuaban demostrando que eran excepcionalmente eficaces, pues consiguieron, en plena guerra civil, crear una organización que monopolizase la representación de sus intereses y el privilegio sorprendente, en una dictadura muy controladora, de implantar y vender una lotería diaria. Los ciegos habían probado su creatividad e ingenio para inventar una nueva ocupación: la de vender el cupón y tener el suficiente coraje para profesionalizarla posteriormente.

Javier Gutiérrez de Tovar, Realizó gestiones en el Ministerio de Obras Publicas y consiguió

que su Ministro publicase la Orden número 22.425, del 20 de abril de 1944, aparecida en el B.O.E. del 24 de los corrientes con la referencia 603, disponiendo:

1.° Se concede a los ciegos afiliados a la Organización Nacional de Ciegos el derecho a viajar por todas las líneas de la Red Nacional de los Ferrocarriles españoles y por las del Servicio de Explotación de Ferrocarriles por el Estado acompañado de un vidente, formando cuerpo con él y con un solo billete.

La ONCE era una proveedora de los bienes sociales a los ciegos; política que apoyó Don José Ezquerra, cuando fue Jefe de la misma, de 1949 a 1959, habiéndose convertido el Colectivo Tiflológico desde el 25 de enero de 1944 en una gran mutualidad, de la cual el señor Ezquerra creó en 1950 la Caja de Previsión Social, Caja que no adquirió su verdadera importancia en la ONCE hasta el día 26 de abril de 1961, que el Consejo Superior de Ciegos aprobó el segundo Reglamento de la misma.

En 1971 la Organización Nacional de Ciegos Españoles financiaba y mantenía en funcionamiento cinco Colegios residenciales: dos en Madrid (el sector masculino con 143 alumnos, y el sector femenino con 119 muchachas) el «Inmaculada Concepción», el «Santiago Apóstol» en Pontevedra con 198 alumnos, el «Espíritu Santo» en Alicante con 204 escolares y el «San Luis Gonzaga» en Sevilla con 227 educandos. En régimen de externado costeaba el centro educativo de Esplugas de Llobregat, de Barcelona, con 35 alumnos de ambos sexos. La ONCE atendía, gratuitamente, en estos seis centros docentes a un total de 926 privados de vista, número en el que están incluidos aquellos niños que padecen graves minusvalías adicionales a la ceguera, como los sordociegos y deficientes mentales, los cuales siguen tratamientos y cursos especiales.

La Orden del Ministerio de Educación y Ciencia con fecha 19 de enero de 1977 autoriza el funcionamiento con carácter definitivo del Centro no estatal Colegio Mayor de Educación Especial «Inmaculada Concepción» de la ONCE, donde se imparte la Educación General Básica, el Bachillerato Unificado Polivalente y el Curso de Orientación Universitaria. En dicho centro también se enseñaba una incipiente formación profesional en los varios talleres que tenía en funcionamiento, ya había dos aulas dedicadas a la rehabilitación de subnormales ciegos no profundos. Además, se instruía y educaba a quince ciegos sordomudos. Se continuaba enseñando completas las carreras de piano, violín, guitarra, acordeón y otros instrumentos musicales, pero los alumnos han de examinarse en un Conservatorio público para que tengan validez académica estos estudios.

(Como es un documento bastante largo Lo enviaré por partes para no cansar a los lectores)

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