domingo, 13 de febrero de 2011
UN ORDENADOR PARA AUTISTAS
Y por si en los próximos días no puedo actualizar, os dejo un tercer post.
Un ordenador con un juego de canciones sirve a los autistas para mantener la atención y aprender las letras. La máquina especial para ciegos Perkins permite aprender a escribir y leer a los ciegos. Son dos ejemplos de los buenos usos de la tecnología, que se ha convertido ya en un beneficioso instrumento al servicio de los escolares que padecen alguna discapacidad.
Un ejemplo de ello es el colegio público Jacarandá de Sevilla, que tiene 940 alumnos de Infantil y de Primaria, de los que 44 son de integración con discapacidades como el autismo o la ceguera.
"El beneficio de las nuevas tecnologías es para todos, pero para los alumnos con educación especial es todavía mayor", según asegura su directora, Yolanda González.
Monitores y paciencia
De los 44 discapacitados, algunos se integran con normalidad con el resto de los compañeros después de los avances que obtuvieron en el aula específica de apoyo, y de hecho sus padres no comunican en su entorno social y familiar la discapacidad para facilitarles la adaptación.
En una de las aulas específicas del colegio para autistas hay cinco niños atendidos por una monitora y por el profesor especializado Jonatan Sarria, que muestra una paciencia infinita en el trato con los chavales, de entre 4 y 11 años.
Los autistas, con un déficit de atención, necesitan de estímulos específicos para que realicen distintas acciones, y algunos de los recursos para ello son los ordenadores con juegos y canciones, los pictogramas y las agendas que les regulan todas sus actividades diarias y semanales.
Un ordenador con un juego de canciones les sirve a los autistas para mantener la atención y aprender las letras, una actividad durante la cual no pierden detalle y les mantiene concentrados. Los pictogramas que tienen colocados por toda el aula incluyen palabras y dibujos con actividades como "escuchar música", "hablar", "jugar" y normas como "sentado", "trabajar" o "callado".
Sonidosy herramientas digitales
En otra aula de este colegio, el pequeño Pedro, invidente de 4 años, no puede ocultar su satisfacción cuando las profesoras le colocan frente a un ordenador para practicar juegos que mejoran sus conocimientos y que maneja gracias a los sonidos que emiten los programas informáticos y al uso de varias teclas.
Con la máquina especial para ciegos Perkins, Pedro, que se quedó sin vista con sólo quince días, escribe en braille y completa las fichas didácticas al mismo nivel o incluso superior que sus 24 compañeros de clase, quienes lo tratan con la misma naturalidad que a cualquier otro lumno.
Las profesoras de Pedro, Susana Utrera y Conchi Ruiz, coinciden en afirmar que el invidente, con sus altos conocimientos de lectura y de escritura, "ha subido el nivel" del resto de la clase.
Además de las aulas específicas para discapacitados, existen otras en las que los alumnos que tienen un nivel de autismo no severo y que han obtenido progresos se integran con las mismas exigencias que con el resto de los compañeros. Estos alumnos ya usan con normalidad los ordenadores entregados por la Junta de Andalucía y las pizarras digitales, y lo cierto es que no es posible distinguir entre ellos a los que sufren algún tipo de discapacidad.
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