GRACIAS CARLOS

Los lectores y seguidores de este blog, saben perfectamente que no me dirijo a nadie en especial. Me dirijo a tí, al colectivo de la gente normal que día a día opinan en los post, leen con atención estas líneas y opinan con sincero interés en las encuestas. Pero hoy lunes posponiendo la actualidad y los documentos que tengo previsto publicar con retraso, me quiero dirijir a una persona que el sábado, aún teniéndo 12 años, se comportó como casi ningún adulto lo ha hecho.
Se lo comenté a GERMÁN el entrenador del INFANTIL C del móstoles, equipo con el que trabajo desde hace unos días y dijo que era un comportamiento normal. Estoy deacuerdo con él pero todos sabémos que esta sociedad que cada día está más podrida y pierde conocimientos, obligaciones, humanidad... no es normal encontrar casos como el que me pasó el sábado.
Durante el partido tuve que atender a varios jugadores que tras choques fortuitos, caídas y diferentes lesiones por fortuna para el equipo sin gravedad, entré a atender a un muchacho que le havían golpeado en la cabeza.
Cuando llegué, su respiración era ajitada y estaba lloroso.
Le intenté calmar y que respirara despacio por la nariz y echase poco a poco por la boca.
Le pregunté dónde le havían golpeado, y en lugar de decir aquí y señalar con el dedo el lugar afectado, medio soyozando, me cojió la mano derecha, y dijo aquí posándola en el lugar golpeado. Ese sitio era en la cabeza.
Este pequeño acto tan normal y tan sencillo, me produjo un sentimiento no solo de gratitud sinó de lástima. Gratitud por indicarme dónde le dolía sabiéndo que yo con la vista que tengo, no lo podría localizar de inmediato y lástima por que lo hizo de corazón. Un sentimiento de persona adulta en un cuerpo de preadolescente de 12 años y que con ese simple gesto, demostró tantas cosas a la vez, que si alguna persona discapacitada visual lee esto, sabrá a lo que me refiero.
Carlos lleva por nombre y persona por apellido. Gracias Carlos por ese gesto que para mí significó mucho.