Hoy 14 de Agosto de 2011, es un día parecido a aquél trágico día de hace 3 años. Nublado en Madrid, caluroso y aburrido.
Recuerdo perfectamente ese día como si lo estuviese viviendo ahora mismo. Mi padre salió por la mañana al hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes pueblo de la comunidad de Madrid para ver a mi abuela Carmen que había sido ingresada la noche anterior.
Recuerdo que veníamos cansados del calor y del autobús por que fuí con mi madre y mi hermano en el último día de su trabajo por que le daban las vacaciónes y algún motivo más que yo ahora mismo no recuerdo bien.
Al llegar a casa, una triste noticia. Mi padre al otro lado del teléfono acababa de anunciar la MUERTE DE MI ABUELA CARMEN.
Un mar de lágrimas me invadió mi cara. Deberíamos de estar acostumbrados a la muerte de los abuelos y de las personas mayores pero a la muerte nunca nadie se acostumbra y por más veces que visite a tu entorno familiar o de amistades, nunca deja de ser sentida y sufrida.
Pero como el post de hoy lo quiero dedicar a hablar de mi abuela y no quiero que todo sean penurias aquí va una carta que la escribo para que si algún poder que desconocemos le hace llegar la misiva, sepa lo mucho que la añoramos todavía 3 años después.
Querida YEYA:
Hace 3 años que ocupas una parcela en el cielo que el destino o Dios, te tenía guardada. Aquí en la tierra, dejaste un vacío jamás llenado. Un vacío de amor y cariño. Ese mismo amor y cariño que nos transmitías con tus besos, tus caricias y tu dulce voz que aún hoy recuerdo.
Tus últimos años no fueron fáciles pero en general tu vida tampoco lo fue.
Viviste una guerra no deseada por los españoles, penurias económicas, emigraste a Alemania como tantos otros españoles, pérdidas irreparables de familiares... pero todo en tu vida no fue penas.
Te casaste, tuviste hijos, formaste un hogar y luego llegaron los nietos. El último yo.
Unos nietos que (hablo por mí y mi hermano) siempre procuraron darte cariño. Devolverte de una manera todo el amor y dedicación que siempre tuviste hacia nosotros.
Recuerdo con cariño las largas tardes de verano en TETUÁN DE LAS VICTORIAS un humilde barrio de trabajadores de Madrid hoy irreconocible por grandes edificios e inmigración. Demasiada inmigración diría yo.
Ese patio chiquito con tus plantas recién regadas bien tremprana la mañana.
Esas visitas siempre tan bienvenidas a mi casa de Móstoles.
El fogón siempre tan cálido y acojedor en las crudas tardes de invierno.
Yo jugando con las maderas haciendo construciones pequeñas para luego quemarlas en el fogón.
Las escaleras que te martirizaban subir a el piso de arriba por tus maltrechas rodillas de haber trabajado tantos años arrodillada limpiando suelos.
Recuerdo esos besos. Besos que aún hoy parece que sienten mis mejillas. Que bien sabían...
Las rosquillas que me enseñaste ha hacer en la mesa de la cocina poniéndo todo perdido con la arina.
Cuando ívamos a visitar a la "Alfonsa" vecina de calle con un gran patio y una parra en el centro que dava sombra a todo el patio. Comiendo higos de la misma.
Y cuando ívamos también a la parcela de mi tía Isabel ha pasar los fines de semana, o la semana santa, o navidad... Todo eso no volverá. No volverá en lo material por que dentro de mi corazón cuando quiera, puedo viajar en el tiempo y vivir todos estos momentos y muchos más que me guardo por que no quiero entretener más a mis amigos del blog.
Simplemente decirte lo que te dije el último día que te ví "GRACIAS POR TODO"
Me quedo con tu imágen de vitalidad de una mujer con ganas de vivir. Con una mujer cariñosa, afable y nunca rencorosa.
En las fiestas del barrio, un día que tocaban "LOS CHUNGUITOS" y que cenamos en la caseta del Partido Socialista, y yo me quería ir de aquél lugar. Apenas si tenía mis ideas claras pero sabía que aquél partido no sería el mío. Y tu te enfadabas. Me gustaban tus enfados por que savía que no eran de verdad pero siempre procuraba ovedecer para que esos enfados fueran los menos.
Cuando fuímos a la escuela de Perros Guía de Boadilla a conocer al perro guía de mi hermano; MACRO. Su único perro hasta el momento y le bautizaste como "perro rana" por esa posición que hacía el can al tumbarse cuál largo era y con la cabeza en medio de las patas delanteras, y los cuartos traseros como los de una rana dispuesta a saltar. Ese nombre "perro rana" ha prevalecido durante toda la vida del perro.
Que exultante estabas en la boda de mi prima África.
Que orgullosa te sentías de que tu nieto hubiera echo la comunión.
Igual que yo de orgulloso cuando estudié QUIROMASAJE en el colegio de la ONCE situado en el paseo de la habana 208 y me acogiste en tu casa, y ante tu insistencia para acompañarme al colegio, la gente me decía muy sorprendida ¿Esta mujer es tu abuela? !que bien está! y no les faltaba razón. Que bien estabas todavía y nadie supimos ver lo que poco a poco te sucedía.
De esto último prefiero no hablar ya que es una de las cosas que más triste me ponen. El saber que un día te olvidaste de mi, de tí misma.
Pero espero que Dios no sea tan injusto y hayá dónde estés te haya dado otra vez esa memoria para poder hechar la vista atrás y recordar toda tu vida. Y que al hacerlo, sonrías con los buenos momentos que pasamos juntos.
YEYA, UN BESO DE TUS NIETOS QUE AÚN NO TE OLVIDAN NI LO HARÁN NUNCA
RAFA Y DAVID
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