lunes, 19 de marzo de 2012

SAN MARINO: EL PAÍS MÁS PEQUEÑO DEL MUNDO

Ubicada al sur de Europa, es un enclave en el centro de Italia, entre las provincias de Freí y Emilia-Romaña, se encuentra posado sobre la cima de una gran montaña denominada Titano. El país se ha ganado el título de “centro turístico”, ya que es uno de los más visitado por los turistas y gracias a sus innumerables atractivos, actualmente se alimenta de este beneficio para poder mantener su perfecto estado.

La leyenda cuenta que fue fundada en el año 301 a.C. cuando un desconocido joven trabajador de canteras procedente de Loparo Loparo llegó a Arbe, ciudad de la costa italiana, se refugió en estos montes al ser perseguido por su inclinación a la religión cristiana. Tal joven fue apodado con el nombre de Marino por la simple razón de que provenía del mar, así fue como fundó una comuna, reconocida como estado independiente en 1291 por el papa Nicolás IV.

Por aquellos años, la cristiandad no era muy bien aceptada. Las huestes de Diocleciano perseguían el cristianismo y a sus practicantes. Pero la llama de la fe cristiana no podía ser apagada y Marino fue el encargado de buscar un nuevo lugar donde edificar una capilla. Buscó durante días y finalmente encontró una meseta, a la sombra de la triple cumbre de la montaña del Titano, el cual sería el indicado para iniciar los primeros cimientos cristianos. Allí se instaló y construyó una iglesia. Pronto llegaron otros perseguidos para refugiarse al abrigo de aquel monte. Había nacido . No obstante, habría que esperar hasta el año 886, para que un documento testimoniara de forma fehaciente la existencia de una iglesia y de un grupo de fieles en el monte Titán.

Muros protectores

Transcurrido el tiempo, la comuna inicia creciente desarrollo, algo envidiable por parte de sus países vecinos quienes iniciaron continuas luchas por obtener el dominio de tan rico territorio. debió elaborar una serie de medidas para enfrentar estos encuentros y de esta manera, conservar su intocable independencia. Fue así, al igual que otras ciudades del mundo, que estuvo bajo la obligación de rodearse de un fuerte constituido de grandes murallas y fortificaciones que protegieran su libertad.

Muy pronto se levantó la primera de las grandes torres de la capital, muy conocida como la Guaita, como así también el recinto amurallado que rodea la cresta del monte hasta la primera torre de la Catedral.

Pero la amenaza incesante del enemigo que acechaba incansablemente estas tierras, hicieron necesaria la construcción de la segunda torre, denominada la Cresta. El sistema defensivo del país se completó con una tercera torre, la Montale, última cumbre del monte de las tres cimas.

no sólo tenía que preocuparse de defenderse, sino también tenía que atender a su creciente población. En poco tiempo, la necesidad de ampliar su territorio se hizo muy necesaria. La guerra era una vía impensable y poco deseada para los sanmarinenses. Su propósito lo consiguieron a través de la compra o la firma de contratos y alianzas gracias a los cuales anexionaron las nueve ciudades o castillos que actualmente forman el país: Acquaviva, Borgo Maggiore, Chiesanuova, Domagnano, Faetano, Fiorentina, Montegiardino, y Serravalle.

Hoy en día, las tres primitivas torres o castillos que forman la capital de la República se han convertido en un símbolo nacional. La manifestación empedrada de siglos de lucha por el mantenimiento de la paz y la defensa de su soberanía.

La libertad ha sido, desde siempre, el mejor premio por tantos años de lucha y sacrificio y constituye el tesoro mejor guardado por a través de su historia. Una historia en la que nos introducimos en el mismo momento en que cruzamos la «Puerta del Loco» o «de San Francisco». En ese momento parece como si el reloj se parase y una cápsula del tiempo nos llevara a plena Edad Media. Sólo nos retornan a la realidad algunos coches, las cámaras de vídeo, la ropa de los turistas y, por supuesto, las tiendas. Las antiguas casas del casco histórico, se han convertido en atrayentes locales que ofrecen a los turistas tabaco, perfumes y alcohol a precios de ganga. Su visita es imprescindible. Así como la de tiendas de souvenirs donde podrá encontrar magnífica artesanía que les recordará permanentemente su visita.

Los sanmarinenses son considerados como uno de los pueblos más acogedores y hospitalarios del mundo. El territorio ha servido de asilo en diversos períodos de su historia a miles de personas que por una u otra razón han debido abandonar sus países. Esta tradición de hospitalidad proviene seguramente tanto del propio origen del país en una comunidad que se refugió en las montañas huyendo de la persecución religiosa como de las arraigadas convicciones de libertad, democracia e igualitarismo de la población.

Sus pobladores constituyen una comunidad próspera, orgullosa de su historia y celosa de su patrimonio, conservan un sentimiento muy arraigado. Les gusta hablar de su tierra, e incluso los grupos que no han regresado de la emigración mantienen una profunda vinculación con el país.

Vida Nocturna

Durante las noches, la ciudad prepara distintos espectáculos acorde a los meses del año, son una especie de grandes eventos organizados para conmemorar distintas fechas que fueron características para el país.

Una de las fechas claves es la muy conocida “Semana Medieval”, un maravilloso espectáculo celebrado durante los meses de junio y julio, en el que cada castillo compite con su rival para ofrecer la mejor fiesta más sonada y los mejores torneos. El ambiente retrocede varios años atrás para poder presentar un perfecto escenario de época.

Otro evento imperdible es el celebrado el primer día del mes de abril y octubre con el nombre de “Investidura del Capitán Regente”. La ley dictamina que los máximos gobernantes de la República deben reemplazarse cada seis meses. El gran acontecimiento de inicia con la revista de la tropas y continúa con los magníficos desfiles, bailes, actuaciones y fuegos artificiales para finalizar.

Otra fecha conmemorativa es el 3 de septiembre, la bien conocida como Día Nacional de . Durante este día se ofrecen distintas manifestaciones artísticas, folclóricas y culturales, dignas de ser admiradas.

Por otro lado este país, a pesar de sus extensas dimensiones, posee una infraestructura cultural y deportiva digna de envidia por países mucho mayores. De todos es conocido el famoso «Gran Premio de Fórmula 1», el de Motocross, el Gran Premio de Ciclismo, el Rallye de o los Torneos Internacionales de Atletismo y Tenis.

Sin tener en cuenta estos eventos, la ciudad cuenta con un gran número de restaurantes, bares y pubs muy agradables y muchos de ellos ambientados con distintas temáticas.

En general, la noche sanmarinense no se destaca por ofrecer una larga vida nocturna, si bien existe una muy buena oferta de lugares para disfrutar gratos momentos, estos se destacan por ser más tranquilos que ruidosos. Por lo que aquellos que buscan una noche más movidita, es recomendable dirigirse hasta la ciudad de Rimini, la mayor población costera de los alrededores.
Tips:
Para llegar hasta , es posible hacerlo a través de vuelos que conecten con alguna ciudad italiana cercana a este lugar. Lo mejor es acceder mediante la ciudad de Rimini, ubicada a sólo 24 Km. y desde allí tomar un autobús o auto que se dirija hasta la ciudad en cuestión.
Las ciudades sanmarinenses están conectadas entre sí por diferentes carreteras locales pero no presenta aeropuerto internacional propio ni posee ferrocarril, razón por la cual es mejor acceder por la ciudad de Rimini.
Se beneficia de un clima mediterráneo, con inviernos entre suaves y fríos, veranos cálidos y soleados, con temperaturas que oscilan entre los 20 y 30ºC. Las noches se caracterizan por ser bastantes frías y la presencia de la humedad es muy intensa.
La unidad monetaria es la lira italiana, su equivalencia es de 1 dólar estadounidense igual a 1750 liras aproximadamente. Es importante destacar que también emite su propia moneda.
La mayoría de las agencias de viajes tienen en cuenta este país como un itinerario de un día. Como consecuencia la oferta hotelera es muy limitada, debes realizar tus reservaciones con anticipación dado que los viajeros, generalmente, no acostumbran pernoctar en este lugar.
Es mundialmente conocida por sus monedas y sus sellos, que atraen a los aficionados a la numismática y la filatelia. El mejor recuerdo y además una buena inversión es la compra de scudi, monedas de oro de curso legal. Además, se pueden adquirir objetos de cerámica, reproducciones de armas antiguas, especialmente las tradicionales ballestas, licores como el moscatel o el mistrà;, un anís similar al ouzo griego, y trabajos de joyería y orfebrería.
Existen numerosas instalaciones deportivas, sobre todo para la práctica de tenis, fútbol, baloncesto, tiro al blanco y golf. Funcionan también un grupo de espeleología y una escuela de vuelo de ultraligeros. Asimismo abundan las zonas para la práctica de la equitación, la caza y la pesca.
La cocina sanmarinense se destaca por sus comidas elaboradas a base de pastas frescas, entre los platos más conocidos se encuentran los tortellini, los passatelli, los tagliatelle y los strozzapreti, acompañados de diferentes aderezos, así como los canelloni y las lassagne al horno. También se hallan aquellos en base a carnes de ternera, conejo, pollo y aves.

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