Jesús es un hombre de unos 35 años, yo diría que frisa ya los 40, de poco
pelo, y más bien bajito. Siempre suele ir con su "plumón" por encima de
varias capas de ropa cual una cebolla. Es madrileño castizo, creo que del
barrio de Usera. Jesús es de esos que hablando entiendes lo que es un
chulapo de Madrid. Una mierda de accidente le dejó para el resto de su vida
una pierna de madera. Jesús, es un vendedor de la ONCE.
Conocí a Jesús en el bar de mi amigo Migue. Jesús nos vio con la cañita y se
pidió otra. Su estrategia comercial funcionó. Se limitó a hacer de cliente
del bar participando en la conversación que manteníamos mis conocidos y yo.
Desde ahí se hizo nuestro vendedor de cupones.
Sabe quien me conoce que no suelo jugar a ninguna loteria, pero si me
cruzaba a Jesús casi siempre le compraba aunque fuera un "rasca".
Hace poco tuvo Jesús uno de los días más felices de los últimos años ya que
su Atleti ganó 5 a 1 al Recreativo de Huelva y él, estuvo en el campo
empujando el gol de falta de Simao.
Paradojas de la vida no pasaron ni 3 días que me lo encuentro por la calle y
se me acerca a decirme que ya no nos verá más en el bar de Migue, que se
vuelve para su barrio de Usera porque la ONCE, esa organización donde sus
directivos se pudren con tanta pasta (no es demagogia), le despide. Le han
dicho que no necesitan tantos vendedores y que no le renuevan .. ¡ Me cago
en Satán! Esta es la puta vida. Yo le digo que lo siento, lo acepto y le
deseo suerte (cada vez me veo más frecuentemente en estas lides y
tristemente no puedo hacer nada). Intento hacer el trance más llevadero y le
ofrezco mi mano como despedida, Jesús me mira la mano, me la aparta y me da
un abrazo. ¡Mierda de sociedad cojones! Jesús quiere sólo pagar el alquiler
de su piso de 40 metros cuadrados, mantener a su hija de 7 u 8 años y gastar
el tiempo sin dañar a nadie con amigos y conocidos. Volvió a ser feliz tras
el accidente y en un plis le vuelven a joder.
Hoy es mi cumpleaños y he tenido el mejor regalo: el estar y/o hablar con
mis seres más queridos . Doy gracias a Dios porque hoy me sonríe la vida a
mi y a mis seres más queridos ¡para cuando no lo hace! , pero ojalá, aparte
de otras injusticias que me gustaría se solucionasen como las que puede
provocar alguna que otra concejala de asuntos sociales de Motril , mi regalo
fuese ver esta semana que viene a Jesús vendiéndome de nuevo un cupón de la
ONCE, no será así, pero Jesús estoy seguro encontrará donde buscarse el pan.
Suerte Jesús.
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