lunes, 7 de junio de 2010

TARDE EN EL RETIRO













A inicios de esta primavera que se nos va, una tarde vastante agradable y tras salir de mi trabajo, me dispuse a irme a mi casa pero los planes cambiaron. Mi hermano me mandó un mensaje al móvil que si quería ir a comer con él y una amiga que avía conocido por internet y luego irnos a dar un paseo por el famoso parque del retiro.
Yo al principio dudé por que tenía que bajar al soto dónde por las tardes trabajaba de masajista y aonque los inútiles de los dirijentes llevaban algunos meses ya sin pagarme, yo no faltaba a mi cita con los niños puesto que me divertía con ellos y con sus historias. Pues bien, al final hice de tripas corazón, me aguanté y por un día no iva a pasar nada. Por un día que no cumpliese... ellos llevaban por aquél entónces 4 meses sin hacerlo.
Pues bien el lugar de encuentro fue la calle prin número 3 dónde la once tiene sus oficinas y un lugar de encuentro de los ciegos.
Ana es una chica del país vasco y está en madrid estudiando para ser fisioterapeuta. De inmediato me calló muy bien tal vez por que las profesiones que empleamos sean muy parejas.
Estubimos comiendo en un mexicano el cuál ya havía estado en otra ocasión picoteando algo rápido cuando el madrid ganó su última liga y fuimos a civeles a celebrarlo. Pero aquella comida compartiendo curiosidades, anécdotas y temas de trabajo pasó muy rápida y fue muy amena.
Macro, el fiel perro guia de mi hermano, también nos acompañó y en las horas venideras, se lo pasó genial ya que su interés máximo hera cojer a los patos que se bañaban en el lago y bañarse. Pero para impedírselo estaba rafa su dueño, mi hermano.
Pues bien tras la comida, decidimos caminar un rato por madrid y hacernos llegar al retiro un famoso parque, un magnífico pulmón para la ciudad de madrid.
Allí, encontramos de todo. Gente normal, friquis, varipinta, curiosa...
Los floreados árboles ya daban sus primeras hojas y con un verdor fuera de lo cumún por las lluvias recibidas durante el invierno.
Los jardines floreados, el césped verde ilusión y los caminos llenos de gente que paseaba, miraba y vendía sus productos.
Las funciones callejeras eran también parte del paisaje. De echo, nos sentamos en un pequeño murito y en nuestas espaldas el lago y delante nuestra una función que animaba a los paseantes con niños y sin ellos.
En ese momento, macro estaba tan emocionado viendo las palomas volar y los patos bañarse en el lago, que dió un fuerte lametazo a ana en la cara sin que ella lo esperara ante las risas de ella mi hermano y yo.
Fue un paseo muy agradable y yo con ana en mi brazo ya que ella es ciega, intentaba describir a mis acompañantes ambos sin ver y a oscuras por ese lugar con tantísima gente, lo que yo también, a semi oscuras, podía ver.
Que bonito fue todo y que agradable tarde nos hizo.
Entramos por una punta del parque y salimos por atocha dirección cada uno a su lugar de origen. Ana a su residencia, y mi hermano y yo a el álamo.
Y así transcurrió una tarde amena y entretenida en un lugar diferente un lugar que no parecía madrid. Un lugar muy recomendable que hay en la ciudad de madrid en la capital de España.
Un lugar que te recomiendo.

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