viernes, 6 de mayo de 2011

VIDA DE ASESINO (II)

La práctica totalidad de las fuentes coinciden en afirmar que el terrorista más buscado tuvo cuatro esposas. Otras, las menos, aseguran que Osama Ben Laden llegó a tener cinco, divorciándose en una ocasión.

La primera vez que el líder de Al Qaeda contrajo matrimonio fue a los 17 años con una mujer de nacionalidad siria, Najwan Ibrahim Ghanem. Es la madre de 11 de los 24 hijos que se le atribuyen a Ben Laden. Después, se casó con una saudí, con una afgana, hija de un destacado líder talibán que, se rumoreó que podría ser el mulá Omar. Y finalmente con una yemení de nombre Amal al-Sadah, su favorita. Con estas tres mujeres, Ben Laden vivió en su escondite afgano hasta el 11-S.

La preferida de Ben Laden: la mujer de los 5.000 dólares

Amal al-Sadah tenía tan sólo 17 años cuando se casó con el líder de Al Qaeda, de 43, en 2000. No se conocían. Su padre, Abdul Fatah al-Sadah, pidió por ella a Ben Laden 5.000 dólares. Lo único que preguntó el terrorista fue su grado de fervor religioso, según cuenta La Otra Crónica de El Mundo en un reportaje realizado en 2002.

Dicen que Ben Laden quedó prendado de ella. Un periódico norteamericano la describió como "una belleza aceitunada, pómulos marcados, largo cabello negro y ojos en forma de almendra". Aunque también se afirma que lo que decantó al terrorista fueron sus deseos de ganar lealtades en Yemen, una tradicional cantera de muyahidines.

La ceremonia tuvo lugar en Kandhar, Afganistán. Los festejos duraron cinco días. Después, Osama desapareció con su nueva mujer; era la cuarta.

La brutal infancia de los hijos de Ben Laden

El hijo del cabecilla de Al Qaeda que renegó de su padre, Omar Ben Landen, ha revelado que los hijos que vivían con él en Afganistán huyeron a Irán después de la ocupación de ese país por EEUU a fines de 2001 y que residían juntos en un complejo amurallado, custodiado por las fuerzas de seguridad iraníes.

Omar junto a su madre, Najwa Bin Laden, publicaron un libro, La infancia de un Ben Laden, en el que se describe cómo la prole que tuvo el terrorista fue criada por un padre autoritario que rechazaba la vida lujosa de su acaudalada familia.

El libro relata que los niños se criaron en Arabia Saudita, Sudán y Afganistán, sin juguetes ni diversiones; que les pegaban a menudo y que sus mascotas eran utilizadas por los secuaces de su padre para experimentar con gases tóxicos.

Cuando llegaban a cierta edad, su padre les pedía que se ofreciesen como voluntarios para misiones suicidas. Cuando Omar protestó, Ben Laden le dijo: "Para mí no eres más que cualquier otro hombre o niño del país. Lo mismo con todos mis hijos". Omar relata que tras ese episodio su padre "finalmente supo cuál era mi parecer. Mi padre siempre odió a sus enemigos más de lo que quiso a sus hijos".

En una entrevista con la agencia AP, Omar recordó haber visitado a su padre en un campamento de entrenamiento en Afganistán y haber sido enviado a pelear en la guerra de Afganistán en la década de 1990. "Casi pierdo la vida varias veces", afirmó.

Omar cuenta en el libro cómo a pesar de tener todas las comodidades a su alcance, Ben Laden hacía pasar a su familia todo tipo de penurias. En Yida, donde hace un calor infernal, los Ben Laden no usaban heladeras ni acondicionadores de aire pese a su riqueza. Cuando Omar tuvo un ataque de asma grave, su padre le dijo a Najwa que lo tratase con miel y cebollas.

Una noche, cuenta Omar, durante una salida a acampar a las afueras de Jartún, la capital sudanesa, Ben Laden ordenó a sus hijos que cavasen fosas en el desierto y luego indicó a sus esposas e hijos menores que se recostasen en ellas. Cuando alguien se quejó del frío, Ben Laden le respondió que se cubriesen con polvo.

Al año siguiente, cinco estadounidenses fueron asesinados con un cochebomba en las afueras de Riad. Fue el primer atentado en suelo saudita que el gobierno atribuyó a Ben Laden y su red terrorista Al Qaeda.

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