En la primera edición de la Copa América, en 1916, un jugador que estaba sentado en la tribuna, José Laguna, fue llamado de urgencia para completar la selección
argentina. Fue el héroe de la jornada.
La selección argentina ya había goleado a la de Chile por6 a1 en la segunda fecha dela Copa Américade 1916, la primera de la historia, y la tarde del 10
de julio, en el estadio de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, se aprestaba a disputar su segundo encuentro ante Brasil.
Sin embargo, cuando los dirigentes de la Asociación Argentinade Football -encargados de formar el equipo, ya que no se había designado un director técnico-
hicieron cuentas, sólo había diez jugadores. El notable delantero Alberto Ohaco, autor de dos tantos contra la escuadra trasandina y representante de Racing
-equipo para el que, a lo largo de su carrera entre 1912 y 1923, convirtió 244 goles en 278 partidos, récord histórico para el club de Avellaneda- no había
regresado a tiempo de un viaje por trabajo.
Desesperados, los directivos intentaron convencer a Ricardo Naón, un jugador de Gimnasia y Esgrima La Plataque, si bien no era atacante, había vestido dos
veces la camiseta nacional y se encontraba en el lugar. Naón se negó, despechado porque hacía más de dos años que no era citado.
Los dirigentes, entonces, recurrieron a un plan B: en la tribuna estaba sentado como espectador José Laguna, delantero de Huracán. El "Negro", que nunca
había actuado en la selección, aceptó de inmediato completar la escuadra albiceleste y corrió, orgulloso, al vestuario para cambiarse.
Minutos después, Argentina, con once hombres, salió a enfrentar a Brasil ante más de 16.000 personas, una multitud para la época y las estrechas tribunas
de madera del estadio de GEBA. A los 10 minutos del primer tiempo, la selección local abrió el marcador mediante un fuerte remate de... el "Negro" Laguna,
la flamante incorporación. El equipo visitante -que ese día utilizó una inusual camiseta a bastones verticales verdes y amarillos- no se amilanó y empató
trece minutos más tarde, por intermedio de Alencar.
Argentina intentó con gran vehemencia romper la paridad en la segunda etapa, pero el marcador no se modificó. La igualdad sería crucial para definir la
Copa: en el juego decisivo, el combinado local -con Ohaco en lugar de Laguna- igualó sin tantos con Uruguay, que como también había vencido a Chile (4-0)
y sí había conseguido doblegar a Brasil (2 a 0), se quedó con el primer certamen sudamericano.
Fuente | infobae.com
argentina. Fue el héroe de la jornada.
La selección argentina ya había goleado a la de Chile por6 a1 en la segunda fecha dela Copa Américade 1916, la primera de la historia, y la tarde del 10
de julio, en el estadio de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, se aprestaba a disputar su segundo encuentro ante Brasil.
Sin embargo, cuando los dirigentes de la Asociación Argentinade Football -encargados de formar el equipo, ya que no se había designado un director técnico-
hicieron cuentas, sólo había diez jugadores. El notable delantero Alberto Ohaco, autor de dos tantos contra la escuadra trasandina y representante de Racing
-equipo para el que, a lo largo de su carrera entre 1912 y 1923, convirtió 244 goles en 278 partidos, récord histórico para el club de Avellaneda- no había
regresado a tiempo de un viaje por trabajo.
Desesperados, los directivos intentaron convencer a Ricardo Naón, un jugador de Gimnasia y Esgrima La Plataque, si bien no era atacante, había vestido dos
veces la camiseta nacional y se encontraba en el lugar. Naón se negó, despechado porque hacía más de dos años que no era citado.
Los dirigentes, entonces, recurrieron a un plan B: en la tribuna estaba sentado como espectador José Laguna, delantero de Huracán. El "Negro", que nunca
había actuado en la selección, aceptó de inmediato completar la escuadra albiceleste y corrió, orgulloso, al vestuario para cambiarse.
Minutos después, Argentina, con once hombres, salió a enfrentar a Brasil ante más de 16.000 personas, una multitud para la época y las estrechas tribunas
de madera del estadio de GEBA. A los 10 minutos del primer tiempo, la selección local abrió el marcador mediante un fuerte remate de... el "Negro" Laguna,
la flamante incorporación. El equipo visitante -que ese día utilizó una inusual camiseta a bastones verticales verdes y amarillos- no se amilanó y empató
trece minutos más tarde, por intermedio de Alencar.
Argentina intentó con gran vehemencia romper la paridad en la segunda etapa, pero el marcador no se modificó. La igualdad sería crucial para definir la
Copa: en el juego decisivo, el combinado local -con Ohaco en lugar de Laguna- igualó sin tantos con Uruguay, que como también había vencido a Chile (4-0)
y sí había conseguido doblegar a Brasil (2 a 0), se quedó con el primer certamen sudamericano.
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